En el Perú, vacunar no es solo una medida de salud, es una estrategia para cuidar vidas, proteger bolsillos y cerrar brechas. En un país donde muchas familias enfrentan largas distancias para llegar a un centro médico y donde una enfermedad puede desestabilizar todo el hogar, la inmunización se convierte en una barrera poderosa contra la pobreza. Cada vacuna aplicada evita gastos, hospitalizaciones y ausencias laborales que podrían poner en riesgo el ingreso familiar. Pero además, es una apuesta por un país más justo, donde nacer en la sierra o en la selva no signifique tener menos oportunidades de sobrevivir a una neumonía o una gripe severa. Si quieres entender por qué vacunar salva más que vidas, te invitamos a conocer los hallazgos de este reportaje. 👇🏾
VACUNAR CUESTA POCO, PERO NO HACERLO, CUESTA VIDAS (Y MUCHO DINERO)
📢 Una noche sin dormir por fiebre. Una madre que falta al trabajo. Una receta con antibióticos. Un traslado de emergencia al hospital. Todo esto —que para muchas familias peruanas es rutina cuando un hijo se enferma— tiene un costo económico silencioso (el de la madre que no va a trabajar, el del padre que debe llegar tarde al trabajo, aquellos que asumen los hermanos para reorganizar la casa y muchas veces dejar de ir a la escuela). Y si se puede prevenir con una vacuna, ¿por qué seguimos arriesgando tanto?

Lo que acabas de leer 👆🏽 solo es el inicio.
Aquí hay mucha más información. No te la pierdas 👇🏽
💊 4 de cada 10 peruanos viven con una enfermedad crónica… y no van al médico
📢 ¿Y si una dolencia sin tratar termina costándote más que un seguro? Aunque no lo parezca, la salud es una de las inversiones más importantes en la economía familiar. La última Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) revela que 4 de cada 10 peruanos sufre de un problema de salud crónico, y solo un tercio de ellos busca atención médica. La otra parte… se las arregla como puede.



