En un emocionante desarrollo para el panorama económico peruano, el puerto de Chancay, ubicado en la costa central a unos 80 kilómetros de Lima, está en camino de convertirse en un vital enlace comercial para la agroexportación del país hacia Asia. Este movimiento estratégico se revela como una respuesta a las limitaciones que enfrenta Perú en su intento de acceder al mercado asiático, incluso en tiempos de gran auge en el emprendimiento agrícola.

Los tratados de libre comercio que Perú posee con naciones asiáticas podrían desempeñar un papel crucial en el impulso de su economía, sin embargo, el traslado de productos agrícolas perecederos a Asia ha sido un desafío insuperable hasta ahora. Según Mario de las Casas, Gerente de Asuntos Corporativos de Cosco Shipping, la empresa china que está construyendo este puerto, «Perú tiene tratados de libre comercio con países de Asia, pero no puede capitalizarlos porque sus productos agrícolas son perecederos y no llegan al Asia».

La realidad actual es que el transporte de carga peruana a China toma alrededor de 45 días a través de otros puertos, un tiempo que pronto podría reducirse en 10 días gracias a la activación del puerto de Chancay. Este recorte de tiempo, como menciona De las Casas, tendría un impacto significativo en los productores de frutas como las uvas y los arándanos. La ventaja competitiva de estos «diez días menos» no solo podría aumentar la eficiencia, sino también abrir nuevas oportunidades de mercado para los emprendedores agrícolas.

La construcción del puerto de Chancay es una colaboración entre Cosco y la peruana Volcan, que ya ha invertido 1.300 millones de dólares en la creación de cuatro amarraderos capaces de albergar hasta 18.000 contenedores. Este proyecto, con una etapa inicial en curso, también incluye un impresionante muelle de 1.500 metros y un rompeolas de 2,7 kilómetros diseñado para proteger la infraestructura portuaria de las inclemencias marítimas.

Los contenedores que lleguen al puerto serán descargados y enviados a una zona logística mediante un túnel de 1,8 kilómetros que atraviesa la carretera Panamericana y parte del distrito de Chancay. A pesar de algunos contratiempos, incluido un incidente que provocó daños en la zona circundante, la obra sigue avanzando y se espera que entre en funcionamiento a fines de 2024.

Se espera que el puerto de Chancay no solo impulse la economía de Perú como un punto de acceso crucial a Asia, sino que también estimule otras grandes obras de infraestructura en la región costera. Desde carreteras hasta trenes, este proyecto podría desencadenar un efecto dominó de desarrollo económico. Además, con la capacidad de recibir buques de hasta 24.000 contenedores, el puerto se perfila como un nodo logístico de importancia regional en Sudamérica.

En definitiva, el puerto de Chancay representa un emocionante capítulo en el viaje del emprendimiento peruano hacia nuevas fronteras, permitiendo que los productos agrícolas nacionales alcancen los mercados asiáticos de manera más eficiente y rápida.

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