En la era de las redes sociales, se difunden con rapidez frases motivacionales como «¡El que quiere… puede!», «Nunca te rindas», «Al objetivo sin excusas», y «No es la aptitud sino la actitud lo que lleva al éxito». Estos mensajes, aparentemente inspiradores, sugieren que el fracaso se debe a la falta de motivación o compromiso. Sin embargo, ¿es esto realmente así?
Nos enfrentamos al fenómeno del «Positivismo Tóxico», un enemigo silencioso que se disfraza de aliado mientras empuja sutilmente hacia el abismo. Este método de motivación ha cobrado fuerza con la proliferación de negocios piramidales disfrazados de multinivel. En este entorno, la presión constante sobre los vendedores para cumplir cuotas de ventas a cualquier costo se convierte en la norma.
En este contexto, la urgencia económica y la precariedad profesional de los directivos llevan a apelar a palancas emocionales basadas en la culpa: si no tienes éxito, es porque no quieres. Sin embargo, este enfoque parte de un diagnóstico erróneo y simplista.
¿Cómo enfrentar este desafío? La clave radica en adquirir un «antivirus mental» y aprender a diagnosticar problemas en lugar de reemplazarlos con frases motivacionales.
Cuando no se logra un objetivo, cuando una orden no se cumple, existen tres posibles motivos: no se puede hacer, no se sabe hacer, o no se quiere hacer. Es crucial diagnosticar e identificar el motivo, siguiendo un orden lógico.
Paso 1: «No Puede Hacerlo»
Si una persona no cuenta con las herramientas necesarias para realizar una tarea, pedirle que la complete es injusto. Por ejemplo, al asesorar a un estudio de arquitectura, se descubrió que los diseñadores no entregaban trabajos a tiempo debido a la falta de software y computadoras adecuadas. En este caso, el problema residía en la falta de inversión por parte de la empresa, no en la falta de motivación del empleado.
Paso 2: «No Sabe Hacerlo»
Incluso si se poseen los medios adecuados, es esencial saber utilizarlos. Este punto también es responsabilidad del empleador, quien debe asegurarse de que los subordinados tengan el conocimiento necesario. En un ejemplo, una persona con un portal de ventas online exitoso carecía de habilidades en promoción en redes. La solución implicaba aprender o contratar a alguien con el conocimiento necesario.
Paso 3: «No Quiere Hacerlo»
Solo después de confirmar que alguien puede y sabe hacer la tarea, pero no la realiza, se puede abordar la cuestión de si realmente no quiere hacerlo. Esto podría deberse a consecuencias negativas para la persona o para otros, o simplemente porque no siente la pasión suficiente. Antes de recurrir a frases motivacionales, es esencial seguir diagnosticando.
La aplicación indiscriminada de positivismo desde el principio puede convertirse en un obstáculo, desviando la atención del problema real. Como un médico mediocre que prescribe un analgésico para la fiebre sin diagnosticar una peritonitis, abordar superficialmente los problemas puede tener consecuencias fatales. En lugar de ello, un enfoque estructurado y reflexivo es esencial para superar los desafíos y construir un camino hacia el éxito real.
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