📢 “Lo vi en TikTok… lo explicó Fernando Llanos.” Para miles de jóvenes peruanos, esa frase vale más que una editorial o un informe técnico. En tiempos donde la información se mezcla con entretenimiento, la figura del periodista tradicional convive —y compite— con creadores de contenido, y Llanos es el ejemplo perfecto: un periodista que ha entendido las reglas del algoritmo y ha conquistado audiencias fuera de los medios clásicos. El Digital News Report 2024 lo confirma: el poder de informar ya no está solo en las redacciones, ahora también se graba en vertical.

Fernando Llanos es periodista, pero su influencia no viene de un noticiero, sino de redes sociales como TikTok, Instagram y YouTube. Desde allí, explica economía, política y actualidad con un lenguaje directo, juvenil y visual. Y su éxito no es aislado: responde a un cambio profundo en los hábitos informativos del país. Según el informe del Instituto Reuters, las personas prestan más atención a periodistas con presencia digital que a medios tradicionales en plataformas como YouTube y TikTok.

Llanos representa una nueva generación de periodistas peruanos que ya no espera que la televisión o los diarios impriman su voz. Publica desde su celular, edita con apps gratuitas, responde a los comentarios y construye comunidad. En un entorno donde solo el 27% de los peruanos confía en las noticias, su cercanía, constancia y claridad generan algo escaso: conexión emocional con la información.

Mucho. Porque si una persona basa sus decisiones de consumo, voto o inversión en el contenido de su feed, la calidad y credibilidad de ese contenido impactan directamente en su bolsillo y bienestar. La diferencia entre caer en una estafa piramidal o identificar una oportunidad financiera puede estar en haber seguido a un comunicador responsable… o a uno que solo busca viralidad.

El informe muestra que en plataformas como TikTok, Instagram y YouTube, las personalidades digitales, activistas y “ciudadanos comunes” superan en atención a periodistas y medios. En el Perú, este fenómeno no es ajeno. Cada vez más jóvenes confían en personas que no han pisado una redacción, pero sí saben editar videos, conectar emocionalmente y leer el algoritmo.

Aquí aparece una teoría clave de marketing: la economía de la atención. En un mundo donde el tiempo es limitado y la oferta infinita, gana quien capta más atención, no quien tiene la verdad. Y en redes sociales, los creadores que dominan los códigos visuales, el humor y la emoción, suelen imponerse. Según el estudio, más del 40% de los usuarios en TikTok prioriza a personalidades digitales sobre medios de comunicación.

En redes como X (antes Twitter) y Facebook, los medios y periodistas aún tienen protagonismo. Pero en plataformas visuales como Instagram o TikTok, los rostros informales tienen mayor influencia. Esto plantea un dilema para el periodismo profesional: ¿adaptarse al estilo de los creadores o seguir defendiendo el formato clásico? Lo cierto es que, mientras debaten, la audiencia se va.

Esa línea se vuelve cada vez más borrosa. Pero casos como el de Llanos demuestran que sí es posible hacer periodismo con rigor desde formatos nuevos. El desafío para otros periodistas y medios es grande: aprender a contar bien en redes, sin perder profundidad ni ética. Porque, aunque la plataforma haya cambiado, la necesidad de una ciudadanía bien informada sigue siendo urgente.

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🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS

1. INFLUENCIA: Periodistas como Fernando Llanos lideran el consumo de información entre jóvenes peruanos gracias a su presencia en redes.
2. CAMBIO DE MEDIO: El 31% de usuarios globales usa YouTube como fuente de noticias. En Perú, TikTok y otras plataformas también están ganando terreno rápidamente.
3. CONFIANZA: Solo el 27% de los peruanos confía en las noticias tradicionales. El periodismo independiente en redes ayuda a cerrar esa brecha.
4. DECISIONES COTIDIANAS: Una noticia mal explicada o un dato errado puede afectar tu economía personal, tus compras o incluso tu voto.
5. RETOS Y OPORTUNIDADES: Los periodistas que dominen las redes tienen una ventaja competitiva. Pero con gran alcance, viene gran responsabilidad.