YO OPINO

Pobreza perpetua: El alto costo de la ineficacia gubernamental

Por el equipo de Café con Noticias: Jorge Carrillo, Roxana Córdova, Cristina Luna y Abel Santiago

El Perú se hunde en la pobreza extrema. La ineficiencia e ineficacia del Estado se han convertido en la regla antes que la excepción. Así los gobiernos de turno han hecho poco por desarrollar políticas públicas que nos permitan dejar de ser un país de ciudadanos a los que solo hay que entregarles bonos como paliativos. Quien se sienta en la silla de Francisco Pizarro, suele prometer mucho para llegar a ella, pero lo único que busca es que la ciudadanía no se queje, logrando contentarlos temporalmente.  

Muestra de ello fue el accionar del gobierno del expresidente Martín Vizcarra, que se ufana de haber sido el mejor gobierno de América Latina en enfrentar la pandemia de la covid-19; cuando lo que hizo fue entregar bonos sin saber a cuántos se debía otorgar, sin cerciorarse si realmente llegaron a los beneficiados, pero, sobre todo, sin saber si estos cumplieron un objetivo, que tampoco estuvo claro. Es decir, los millones que se tuvo de fondos para enfrentar la crisis sanitaria no se sabe con certeza a dónde fueron a parar.

El análisis de una exministra, un exjefe de programas sociales, el presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza, un antropólogo y un economista, recogidos para este reportaje, junto a la versión de una líder indígena, coinciden que los bonos llegaron tarde. Esto grafica que poco o nada se hizo nada bien durante la pandemia. Ello dejo de ser una percepción o un ángulo político. El informe, sobre el índice de pobreza en el Perú presentado en mayo pasado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), presentó cifras son aterradoras que representan claramente lo mal que se manejo la lucha contra la pobreza.

Un detalle -no menor- a tomar en cuenta de los resultados del INEI es que la pobreza incidió mayormente en la población que tiene como lengua materna la nativa, así se observa que 39.7% de personas que viven en el área rural están en pobreza, casi ocho puntos porcentuales por encima del 31.2% que se registra entre las personas que viven en el área urbana.

Así como los pobladores de las comunidades indígenas demandan que sus territorios no sean contaminados y se impulsen acciones para que se desarrollen. Los ciudadanos de la costa y sierra también la pasan mal. La brecha de las condiciones en que viven, sin servicios básicos como agua y luz, sumado a la falta de educación y salud, que parece poco les importa a los gobernantes, no se resuelven con la entrega de dinero, cuyo monto es poco o nada para sobrevivir. 

Así el panorama, es necesario darle una mirada, no desde una oficina sino en el lugar de los hechos, para confirmar que el Perú es un territorio complejo al que se debe atender en igual condición.  La Pandemia hace rato que pasó, la cuarentena es parte de nuestra historia, pero desde hace dos años las poblaciones más vulnerables se siguen sumiendo en una aterradora condición de pobreza y condenando a muchos a la pobreza extrema.

Sin distinción si se es de la costa, sierra o selva urbana o rural. Los recursos deben ser bien administrados, pero sobre todo distribuidos y fiscalizados, para que se logren los objetivos que es salir a paso seguro del sótano en que nos encontramos en cuanto a la pobreza extrema.

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