Aprobación de la Ley de Prevención y Control de Incendios Forestales: ¿una respuesta suficiente o un parche más?

El reciente anuncio del Consejo de Ministros sobre la aprobación de una Ley de Prevención y Control de Incendios Forestales ha sido recibido con una mezcla de expectativa y escepticismo. Según el ministro del Ambiente, Juan Carlos Castro, esta normativa busca establecer mecanismos preventivos y de intervención frente a emergencias como los incendios forestales que, año tras año, destruyen vastas áreas naturales del país. Sin embargo, el proyecto parece quedarse corto en algunos aspectos fundamentales.

Uno de los puntos clave de esta propuesta es la asistencia técnica, capacitación y sensibilización a los pequeños agricultores que realizan quemas de pastizales. Aunque este enfoque es necesario, sorprende la falta de un plan estructural a largo plazo que aborde las raíces del problema. Los incendios forestales no son simplemente un resultado de la actividad agrícola; son el reflejo de un vacío en la gestión territorial y la ausencia de políticas serias para enfrentar el cambio climático y la deforestación. La rectoría del Serfor se reforzará, pero, ¿es realmente suficiente si no se atienden las causas sistémicas que siguen alimentando estas tragedias?

La Teoría de las Externalidades Negativas se aplica a los incendios forestales porque estos generan costos que no son asumidos por quienes los provocan, como los agricultores que realizan quemas de pastizales. Estos incendios tienen impactos colaterales en la biodiversidad, el aire, el suelo y las comunidades, afectando a la sociedad en general. La nueva ley busca corregir este problema al establecer sanciones y regulaciones, así como mecanismos preventivos como la capacitación y asistencia técnica para los agricultores, con el fin de minimizar el daño ambiental y social que generan estas prácticas.

Por otro lado, la Teoría de los Bienes Públicos justifica la intervención del Estado en la protección de los ecosistemas. Los bosques y áreas naturales protegidas son bienes públicos porque todos se benefician de ellos sin que su uso limite el acceso a otros. La ley tiene como objetivo garantizar la protección de estos recursos, asegurando que el gobierno gestione adecuadamente los ecosistemas y fomente su restauración, ya que el mercado no puede hacerlo por sí solo. La reforestación y la preservación de áreas afectadas por incendios son medidas clave en esta dirección.

La inclusión de emprendimientos sostenibles y el apoyo a prácticas ecoamigables refuerzan la idea de una economía sostenible. La ley incentiva a las comunidades locales afectadas por los incendios a adoptar modelos de negocio que equilibren el crecimiento económico con la protección del medio ambiente. El apoyo financiero a estos proyectos y la reforestación de áreas afectadas con semillas de rápido crecimiento son ejemplos de cómo se puede promover una recuperación económica que, al mismo tiempo, sea respetuosa con el entorno natural.

El fondo inicial de 10 000 dólares (unos S/ 40 000) para apoyar emprendimientos sostenibles en regiones afectadas como Amazonas, San Martín y Ucayali, aunque bien intencionado, parece una gota en el océano frente al inmenso daño causado por los incendios. ¿Cómo se espera que estos fondos tengan un impacto real en las comunidades devastadas cuando las necesidades son mucho mayores? Además, la promesa de 25 millones de semillas de rápido crecimiento para reforestar las áreas afectadas suena más a una solución de emergencia que a una estrategia seria de recuperación ecológica.

Si bien la conformación de un cuerpo especializado de guardaparques bomberos forestales es un avance positivo, la pregunta clave es: ¿por qué ha tomado tanto tiempo implementar una medida tan básica? La respuesta inmediata a los incendios es crucial, pero sin una inversión robusta en infraestructura, vigilancia y prevención, el país seguirá reaccionando tarde a catástrofes que podrían evitarse. Esta ley parece más una medida paliativa que un verdadero cambio estructural en la forma en que gestionamos nuestros bosques y ecosistemas.

PREGUNTAS FRECUENTES

1. ¿Cómo ayudará la Ley de Prevención y Control de Incendios Forestales a reducir los incendios en las áreas rurales y agrícolas?
La ley se enfoca en la capacitación y asistencia técnica a los pequeños agricultores, quienes muchas veces recurren a quemas de pastizales como parte de sus actividades agrícolas. Estas quemas son una de las principales causas de incendios forestales no controlados. Con la implementación de la ley, los agricultores recibirán educación sobre métodos más seguros y sostenibles de manejo de tierras, lo que reducirá la probabilidad de incendios accidentales. Además, la ley establecerá sanciones para quienes provoquen incendios en áreas protegidas, incentivando una mayor responsabilidad.

2. ¿Qué papel juegan los emprendimientos sostenibles en la nueva ley de prevención de incendios forestales?
La ley incluye un componente de apoyo financiero a emprendimientos sostenibles en las regiones afectadas por los incendios forestales. El objetivo es fomentar proyectos ecoamigables que permitan a las comunidades rurales y nativas desarrollar sus economías sin recurrir a prácticas agrícolas que dañen el entorno, como las quemas. Estos emprendimientos recibirán asistencia técnica y financiamiento para que puedan implementar modelos de negocio que respeten el medio ambiente, lo que contribuye a la recuperación económica de las zonas afectadas y a la conservación de los ecosistemas.


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