En la 62ª edición de CADE Ejecutivos, realizada en Arequipa, se puso de relieve el papel crucial de la inversión privada en la creación de un entorno económico estable y sostenible. En la sesión “Liderazgo de acción en el contexto geopolítico y geoeconómico mundial”, el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, enfatizó que sin seguridad y confianza en las inversiones, no es posible implementar políticas sociales efectivas. Este mensaje resuena con la necesidad de fortalecer la institucionalidad y la gobernanza en Latinoamérica, particularmente en el Perú, que enfrenta desafíos como la polarización política, la inseguridad y la gestión ineficiente de políticas públicas.

El fenómeno económico y su impacto en la vida cotidiana

El planteamiento de Uribe se alinea con teorías económicas que resaltan el papel de las inversiones en el desarrollo sostenible, como la teoría del crecimiento endógeno, que sugiere que la inversión en infraestructura, seguridad y educación genera efectos multiplicadores en la economía. Al destacar ejemplos como la colaboración entre el sector público y privado para la explotación de recursos naturales y la protección de la Amazonía, se demuestra cómo el liderazgo transformador puede equilibrar el desarrollo económico con la sostenibilidad ambiental. Esto tiene un impacto directo en la vida cotidiana al crear empleos, mejorar los servicios públicos y fomentar un entorno más seguro y estable para los ciudadanos.

La teoría del crecimiento endógeno, desarrollada por economistas como Paul Romer y Robert Lucas, enfatiza que el crecimiento económico sostenido se genera internamente a través de la inversión en capital humano, innovación y conocimiento. En el contexto de CADE Ejecutivos 2024, esta teoría se refleja en la importancia que Álvaro Uribe atribuyó a la inversión privada como motor para soluciones sociales sostenibles. Según este enfoque, la inversión en infraestructura, educación y tecnología no solo impulsa el crecimiento a corto plazo, sino que también crea un efecto multiplicador al mejorar la productividad, generar empleo y fomentar un entorno favorable para la innovación. Proyectos como los mencionados en CADE, enfocados en la sostenibilidad y el desarrollo territorial, muestran cómo estos elementos pueden integrarse en estrategias nacionales.

En el caso peruano, la aplicación de la teoría del crecimiento endógeno podría manifestarse mediante el fortalecimiento de sectores clave como la educación, la salud y la explotación sostenible de recursos naturales, áreas destacadas en CADE 2024. Por ejemplo, al invertir en la conservación de la Amazonía y en la agregación de valor a los recursos naturales, se podrían generar industrias locales competitivas que reduzcan la dependencia de materias primas y promuevan cadenas de valor sostenibles. Además, este enfoque permite abordar desigualdades regionales al descentralizar la inversión, fortaleciendo la cohesión social y contribuyendo al desarrollo inclusivo que fomenta tanto la estabilidad económica como la democrática.

El vínculo entre inversión privada y democracia se hace evidente en el contexto peruano, donde la promoción de confianza en el sector empresarial puede reducir la desigualdad y reforzar la cohesión social. CADE Ejecutivos actúa como un catalizador para este proceso, fomentando el diálogo entre empresarios, gobiernos y la sociedad civil. La descentralización del foro hacia Arequipa refuerza este compromiso democrático al visibilizar las realidades de regiones fuera de Lima, promoviendo un desarrollo más inclusivo.

Contribución a los estándares GRI

CADE Ejecutivos aborda el estándar GRI 203 sobre impactos económicos indirectos al enfocar la inversión privada como herramienta para impulsar reformas estructurales y proyectos sostenibles. Las propuestas presentadas durante el foro, como fomentar atractivos de inversión en todo el territorio nacional, demuestran cómo las empresas pueden contribuir a largo plazo a la estabilidad económica y social, beneficiando tanto a las comunidades locales como a la economía nacional en su conjunto.

El estándar GRI 203, enfocado en los impactos económicos indirectos, resalta cómo las actividades de una organización pueden generar beneficios que trascienden su operación directa, impulsando el desarrollo económico y social de las comunidades. En el contexto de CADE Ejecutivos 2024, este estándar se refleja en las propuestas de fomentar la inversión privada como herramienta para promover reformas estructurales y fortalecer la institucionalidad. Álvaro Uribe destacó que iniciativas como la protección de la Amazonía y la creación de atractivos de inversión en todas las regiones del Perú no solo impulsan la economía local, sino que también generan empleo, mejoran los servicios públicos y fomentan un entorno de confianza. Estas acciones tienen un impacto económico indirecto al transformar las condiciones socioeconómicas y fortalecer las capacidades locales para gestionar recursos de manera sostenible.

Además, el enfoque descentralizado de CADE 2024 refuerza el estándar GRI 203 al visibilizar las necesidades y oportunidades de regiones como Arequipa, promoviendo un desarrollo más equitativo. La inversión en proyectos sostenibles, como la agregación de valor a los recursos naturales y la conservación de ecosistemas clave, demuestra cómo las alianzas público-privadas pueden multiplicar los beneficios económicos indirectos a largo plazo. Este compromiso con la sostenibilidad económica y social no solo genera valor para las comunidades locales, sino que también posiciona al Perú como un país atractivo para la inversión internacional, garantizando que los beneficios del crecimiento económico sean ampliamente compartidos.

Como señaló Álvaro Uribe, “ninguna política social es efectiva sin confianza en las inversiones.” Este mensaje subraya la importancia de la acción conjunta entre los sectores público y privado para transformar desafíos en oportunidades. ¿Qué rol crees que puede desempeñar tu comunidad en este proceso? Reflexiona, comparte y participa en la construcción de un Perú más justo y próspero.