Reconstruyendo la economía y la esperanza del Perú

Arequipa se convirtió en el epicentro del diálogo económico y social durante la 62ª edición de CADE Ejecutivos, un evento que reunió a líderes empresariales, autoridades y representantes de la sociedad civil. Bajo el lema «De la degradación a la reconstrucción de nuestro futuro,» se discutieron estrategias para superar la actual crisis política, social y económica del Perú. Gonzalo Galdos, presidente de IPAE Acción Empresarial, resaltó la importancia de construir un Perú más justo, inclusivo y sostenible.

«Permítanme evocar a Jorge Basadre, uno de los intelectuales peruanos más lúcidos de nuestra historia. Él describió las fuerzas que conspiran contra lo que llamó la “promesa de la vida peruana”. Basadre nos habló de cuatro tipos de peruanos que, desde sus actitudes y acciones, impiden que nuestro país despliegue todo su potencial: los desleales, que conscientes de su poder, traicionan la confianza y priorizan intereses personales por encima del interés nacional. Los resentidos, quienes atrapados en el rencor, buscan destruir lo que otros intentan construir. Los ignorantes, que por falta de acceso a educación y conciencia cívica, no comprenden su rol en el desarrollo del país. Los indiferentes, quienes, desde la comodidad de su inacción, no se involucran en la construcción del bien común», indicó.

Ante esta realidad Galdos hizo un llamado ha » convertirnos en un quinto tipo de peruanos, que contraste con los cuatro perfiles que definio Basadre, ser los peruanos comprometidos. Sí comprometidos en la construcción de un futuro mejor. Este deseo no es una utopía; debe y puede hacerse realidad, empezando por quienes ocupamos posiciones de liderazgo».

Un fenómeno económico basado en el compromiso colectivo

El discurso inaugural de Galdos introdujo la idea del «compromiso colectivo» como base para superar las fuerzas que impiden el desarrollo del país, alineándose con teorías económicas que promueven el capital social como motor de crecimiento. Según Galdos, la reconstrucción económica debe ir más allá de las cifras, priorizando la calidad de vida y fortaleciendo instituciones democráticas. Esta visión encuentra respaldo en la economía conductual, que destaca cómo las decisiones basadas en valores y colaboración generan impactos sostenibles.

El capital social, entendido como las redes de confianza, cooperación y normas compartidas, es un motor clave para el desarrollo económico y social, especialmente en contextos de crisis como el actual en el Perú. Según la teoría de Robert Putnam, comunidades con altos niveles de capital social son más exitosas en implementar proyectos colectivos porque la confianza reduce los costos de transacción y facilita la cooperación. Esto se refleja en iniciativas como EPICENTRO, impulsada durante CADE Ejecutivos 2024, donde la colaboración público-privada permitió rehabilitar la emblemática calle Santa Catalina en Arequipa. Este tipo de proyectos no solo generan beneficios tangibles, como empleos y turismo, sino que también fortalecen los lazos entre actores diversos, creando una base sólida para el desarrollo sostenible.

Desde la economía conductual, valores como la reciprocidad y el sentido de pertenencia también juegan un rol crucial en el capital social. Estas normas compartidas, destacadas por Gonzalo Galdos en su discurso inaugural, movilizan recursos humanos y financieros hacia objetivos comunes. Por otro lado, la teoría de redes resalta cómo eventos como CADE permiten la conexión entre recursos, conocimientos y oportunidades entre diferentes actores. En este contexto, las alianzas entre empresas, la academia y el gobierno durante CADE 2024 no solo dinamizan el desarrollo regional en Arequipa, sino que también fomentan la transferencia de ideas y prácticas innovadoras hacia otras regiones, amplificando su impacto.

Iniciativas como EPICENTRO, un proyecto piloto para la rehabilitación de la calle Santa Catalina, demuestran cómo las alianzas público-privadas pueden transformar comunidades. Este enfoque no solo mejora la infraestructura urbana, sino que también fomenta el turismo, genera empleo y refuerza el sentido de comunidad. La descentralización de eventos como CADE hacia regiones como Arequipa refuerza la democracia, permitiendo que más peruanos participen en la construcción de soluciones que reflejen sus realidades locales.

Contribución a los estándares GRI

CADE Ejecutivos 2024 cumple con el estándar GRI 203, relacionado con el impacto económico indirecto. Proyectos como EPICENTRO destacan por promover el desarrollo sostenible y garantizar la participación inclusiva. Estos esfuerzos reflejan cómo las empresas pueden actuar con responsabilidad social, contribuyendo no solo a sus comunidades inmediatas, sino también al fortalecimiento de la confianza entre los sectores público y privado.

El estándar GRI 203 sobre «Impactos Económicos Indirectos» se centra en cómo las actividades de una organización pueden generar beneficios económicos y sociales que trascienden su operación directa, impactando positivamente a comunidades y regiones enteras. En el caso de CADE Ejecutivos 2024, este estándar se refleja claramente en el proyecto EPICENTRO, una iniciativa de rehabilitación urbana en la calle Santa Catalina, Arequipa. Este esfuerzo público-privado no solo impulsa el turismo y mejora la infraestructura local, sino que también fomenta la generación de empleo y refuerza la seguridad, contribuyendo a la prosperidad de la comunidad. Estas acciones tienen un impacto económico indirecto al revitalizar espacios públicos y mejorar la calidad de vida, alineándose con los principios del GRI 203.

Además, la descentralización del foro hacia Arequipa fortalece el impacto económico indirecto al visibilizar las necesidades y oportunidades de regiones fuera de Lima, promoviendo la equidad territorial. Al integrar actores del sector público, privado y la sociedad civil en un proyecto colaborativo, CADE 2024 ejemplifica cómo las empresas pueden contribuir a soluciones sostenibles a largo plazo. Este enfoque demuestra el valor del estándar GRI 203 como una guía para medir y comunicar el impacto positivo de las organizaciones más allá de su actividad económica inmediata, estableciendo un modelo replicable para otras regiones del Perú.

Como señaló Gonzalo Galdos, «el Perú no es una tierra dividida, sino una tierra compartida.» Este mensaje interpela a todos los peruanos a asumir un rol activo en la reconstrucción del país. ¿Cómo puedes contribuir desde tu posición? Reflexiona, participa y sé parte del cambio.

Comparte tus ideas sobre cómo estas iniciativas pueden impactar tu comunidad. Juntos, podemos construir un Perú más fuerte y próspero.


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