Un Estado basado en el mérito: el camino hacia la eficiencia y la confianza

Durante la segunda jornada de la 62° edición de CADE Ejecutivos, expertos nacionales e internacionales destacaron la importancia de construir un Estado meritocrático para garantizar una gestión pública eficiente y profesional. En la sesión titulada “Meritocracia y su impacto en la gestión pública”, se abordaron estrategias para modernizar el servicio civil y fortalecer la institucionalidad como motor del desarrollo económico y social del Perú.

Francisco Longo, profesor del Centro de Gobernanza Pública de Esade, enfatizó: “Un Estado basado en el mérito beneficia a todos: desde quienes gobiernan, que cuentan con herramientas más eficaces, hasta los ciudadanos, que reciben servicios públicos de mayor calidad. Incluso los mercados y la economía se ven favorecidos por instituciones más confiables y funcionales.” Este enfoque, según Longo, no solo aumenta la eficiencia, sino que también combate la corrupción y fomenta la legitimidad de las instituciones públicas.

Impacto en la economía y en la vida diaria

La meritocracia en el sector público no solo mejora los servicios básicos como educación, salud y seguridad, sino que también tiene un impacto significativo en el entorno económico. Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, subrayó: “Un Estado con más mérito y mayores capacidades institucionales es un motor central para el crecimiento económico, porque genera estabilidad, fomenta la inversión y mejora la confianza en las instituciones.”

Weber destacó cómo la profesionalización del empleo público, con un acceso competitivo y vinculado al desempeño, puede evitar la burocracia corporativista y garantizar la eficiencia. “Las reglas del juego claras no solo incentivan a los mejores talentos a ingresar al sector público, sino que también envían un mensaje positivo a los inversionistas, fortaleciendo la reputación del país y creando condiciones favorables para el desarrollo,” explicó.

Meritocracia y democracia: una relación inseparable

Un sistema meritocrático no solo tiene implicancias económicas, sino que también fortalece la democracia. Al reducir la corrupción y promover la equidad, se construyen instituciones más legítimas y representativas. Mercedes Aráoz, moderadora del panel, concluyó: “Desde la sociedad civil organizada debemos impulsar reformas orientadas a un servicio civil meritocrático, flexible y descentralizado. Necesitamos gestores públicos en las regiones con capacidad de decisión para llevar el desarrollo a todo el país.”

Este enfoque se alinea con el estándar GRI 203-2 (Impactos indirectos económicos significativos), que subraya cómo las inversiones en estructuras institucionales sólidas generan beneficios a largo plazo, desde la mejora de servicios públicos hasta la cohesión social y la confianza ciudadana en la democracia.

La construcción de un Estado meritocrático es un paso esencial para transformar al Perú en un país más justo, eficiente y desarrollado. Como señaló Francisco Longo: “Combinar mérito y flexibilidad no es un juego de suma cero; es el camino hacia un sistema público que realmente funcione para todos.” Reflexiona: ¿Qué cambios consideras necesarios en el sector público para lograr un impacto positivo en tu comunidad? Comparte tus ideas y contribuye al diálogo sobre el futuro del Perú. ¡El cambio comienza con todos nosotros!

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