La inseguridad ciudadana no solo afecta a los ciudadanos en su vida cotidiana, sino que se ha convertido en un obstáculo significativo para las empresas, especialmente las pequeñas y medianas. Según expertos, este fenómeno actúa como un «impuesto adicional» que limita la competitividad, aumenta los costos operativos y dificulta el crecimiento económico. En esta nota, exploraremos cómo este problema afecta al ecosistema empresarial, su relación con teorías económicas y qué soluciones pueden adoptarse para mitigar su impacto.
Un costo inesperado para las empresas
El economista Carlos Casas describe la inseguridad como un «impuesto» que afecta a las empresas de manera directa e indirecta. Las pequeñas empresas son las más vulnerables, enfrentando extorsiones, robos y la necesidad de invertir en seguridad privada. Según datos de la Cámara de Comercio de Lima, algunas organizaciones destinan hasta un 10% de su presupuesto anual a medidas de protección. Este gasto, que podría haberse usado en reinversión o expansión, se convierte en una barrera para el desarrollo económico.
Desde una perspectiva económica, este fenómeno encaja en la teoría del costo de oportunidad: los recursos destinados a combatir la inseguridad son recursos que no se emplean en actividades más productivas, como innovación o contratación de personal. Esto tiene un efecto multiplicador negativo en la economía, ya que limita el crecimiento empresarial y reduce la generación de empleo.
La inseguridad no solo afecta a las empresas; también repercute en la calidad de vida de los ciudadanos, quienes enfrentan precios más altos debido a que las empresas trasladan estos costos a los consumidores. Además, genera un clima de desconfianza que puede erosionar la cohesión social y limitar la participación democrática. Sin embargo, abordar este problema puede fortalecer la democracia al crear un entorno más seguro y equitativo, donde las empresas puedan operar sin miedo y los ciudadanos tengan acceso a bienes y servicios a precios justos.
Contribución a los estándares GRI
Abordar la inseguridad también tiene implicaciones en los estándares de sostenibilidad. En el marco del GRI 201: Desempeño Económico, las empresas pueden reportar el impacto económico de la inseguridad en sus operaciones y demostrar cómo las inversiones en seguridad contribuyen a la sostenibilidad y la resiliencia. Al hacerlo, se promueve la transparencia y se alienta a los actores económicos a buscar soluciones integrales que beneficien a toda la sociedad.
La inseguridad no debe ser vista como una condición inevitable, sino como un desafío que puede ser superado mediante la acción colectiva. Las empresas, los ciudadanos y el gobierno tienen un papel clave en la construcción de un entorno más seguro y competitivo.
¿Crees que la inseguridad limita tu emprendimiento o afecta tu día a día? Comparte tus ideas sobre cómo podemos construir una economía más segura y justa.


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