Inflación moderada en Lima: ¿Una señal de estabilidad económica o un desafío oculto?

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Lima Metropolitana registró un aumento del 0,09% en noviembre de 2024, superando las cifras de los dos meses anteriores (septiembre: -0,24% y octubre: -0,09%). Este incremento, aunque modesto, refleja una dinámica económica que afecta directamente el poder adquisitivo de los limeños y ofrece una visión sobre la estabilidad económica actual.

Según el informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la variación acumulada de los once meses del año 2024 alcanzó un 1,86%, con una variación promedio mensual de 0,17%. Esta tendencia es notablemente inferior a las observadas en años anteriores, donde el 2023 presentó una variación del 2,82% y el 2022 del 7,60%.

El fenómeno observado es la inflación, donde medidas como el ajuste de tasas de interés y la regulación de la oferta monetaria buscan estabilizar los precios. La tasa anual de 2,27% para el periodo diciembre 2023 – noviembre 2024, con una tasa promedio mensual de 0,19%, muestra una tendencia positiva que reduce el impacto negativo de la inflación en la economía doméstica. Para el ciudadano promedio, esto se traduce en una menor erosión del poder adquisitivo, permitiendo una mejor planificación financiera y mayor confianza en el gasto de consumo.

La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en una economía durante un período de tiempo. Esto significa que, con el tiempo, el dinero pierde valor y las personas necesitan más dinero para adquirir los mismos productos o servicios. La inflación ocurre principalmente por dos razones: demanda creciente (cuando hay más dinero en circulación y las personas consumen más de lo que el mercado puede ofrecer) y costos más altos de producción (por ejemplo, cuando aumentan los precios de las materias primas o la energía). Otros factores incluyen la emisión excesiva de dinero por parte de los bancos centrales o fluctuaciones cambiarias en economías dependientes de importaciones. Un nivel moderado de inflación puede ser señal de una economía en crecimiento, pero si es excesiva, afecta la estabilidad económica y la calidad de vida.

Para controlar la inflación, los gobiernos y bancos centrales suelen implementar políticas como el aumento de las tasas de interés, lo que reduce el consumo y la inversión, o restringir la cantidad de dinero en circulación. También pueden fomentar la productividad y la oferta de bienes para equilibrar el mercado. Uno de los premios Nobel que ha analizado la inflación fue Milton Friedman, galardonado en 1976, quien postuló que la inflación es «siempre y en todo lugar un fenómeno monetario», es decir, que ocurre principalmente cuando la cantidad de dinero crece más rápido que la producción de bienes y servicios. Su enfoque influyó en las políticas monetarias modernas, destacando el rol de los bancos centrales en controlar la inflación para mantener una economía saludable.

Desde una perspectiva social, la estabilización de la inflación contribuye a fortalecer la democracia, ya que una economía estable reduce las tensiones sociales y fomenta la participación ciudadana. Al mantener los precios bajo control, se evita el descontento popular que puede surgir de aumentos desmedidos en el costo de vida, promoviendo un ambiente más propicio para el diálogo y la gobernabilidad.

Además, esta información contribuye a los estándares GRI (Global Reporting Initiative), específicamente al GRI 201: Desempeño Económico. Al proporcionar datos claros y transparentes sobre el comportamiento económico, se facilita la rendición de cuentas y la toma de decisiones informadas tanto para empresas como para ciudadanos, alineándose con los principios de sostenibilidad y responsabilidad económica. En el contexto de la inflación en Lima Metropolitana, este estándar se aplica al informar cómo las empresas gestionan y comunican los efectos económicos que influyen en sus operaciones y en sus grupos de interés. Por ejemplo, al detallar cómo la estabilidad o aumento moderado de los precios afecta las cadenas de suministro, el poder adquisitivo de los empleados y las decisiones de inversión, las empresas pueden demostrar su compromiso con la sostenibilidad económica. Esto no solo genera confianza en los stakeholders, sino que también alinea las estrategias empresariales con el desarrollo económico sostenible.

La aplicación del GRI 201 permite que las organizaciones documenten de manera estructurada su contribución al crecimiento económico, incluso en contextos de baja inflación. En este caso, empresas en Lima pueden usar este estándar para informar cómo la variación moderada de precios impacta sus costos y su capacidad para ofrecer productos accesibles, manteniendo márgenes saludables. Esto es clave para que las empresas, especialmente en mercados sensibles como el peruano, promuevan la estabilidad económica al tiempo que refuerzan la democracia. La transparencia económica que fomenta el GRI 201 ayuda a crear un entorno más equitativo y participativo, ya que al visibilizar los impactos económicos, se invita a un diálogo constructivo entre sectores privados, públicos y la sociedad civil.

Es aconsejable que los hogares revisen y ajusten sus presupuestos personales, priorizando el ahorro y la inversión en sectores que se benefician de una economía estable. Asimismo, se recomienda a las autoridades continuar implementando políticas que mantengan la inflación en niveles controlados, garantizando así la sostenibilidad económica a largo plazo.

Mantente informado sobre las tendencias económicas que afectan tu vida diaria. Participa en foros y debates locales para contribuir al fortalecimiento de una economía estable y una democracia robusta. Tu participación es clave para construir un futuro próspero para todos.

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