Liderazgo Femenino en el Auge Empresarial Peruano en Noviembre 2024

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) ha publicado su más reciente Boletín “Demografía Empresarial en el Perú: III Trimestre de 2024”, ofreciendo una visión detallada sobre la creación y desaparición de empresas a nivel nacional. Este informe, fundamentado en el Directorio Central de Empresas y Establecimientos (DCEE), destaca una tendencia significativa: el incremento del liderazgo femenino en el ámbito empresarial peruano. Este fenómeno no solo refleja avances en la igualdad de género, sino que también está transformando la economía nacional de manera profunda y duradera.

Durante el III Trimestre de 2024, se registraron 49,783 nuevas empresas dadas de alta como personas naturales, de las cuales el 51.2% fueron dirigidas por mujeres, mientras que el 48.8% por hombres. Este equilibrio de género en la creación de empresas es un indicador positivo de igualdad de oportunidades y diversificación empresarial. El aumento en el liderazgo femenino está impulsando sectores como la belleza y la salud, generando empleos y fomentando un desarrollo más inclusivo. Este crecimiento no solo amplía la oferta de productos y servicios en el mercado, sino que también influye directamente en la calidad de vida de los peruanos, al proporcionar mayor variedad y accesibilidad en diversos sectores económicos.

El fenómeno observado se alinea con la teoría del capital humano, que postula que la diversidad en la gestión empresarial puede incrementar la eficiencia y la innovación dentro de las organizaciones. En regiones como Moquegua, Madre de Dios y Cusco, las mujeres lideran más del 50% de las nuevas empresas, predominando en sectores clave como salones de belleza (72.7%) y actividades de atención a la salud humana (64.6%). Estas áreas no solo son esenciales para el bienestar social, sino que también representan sectores con alto potencial de crecimiento y generación de empleo. Por otro lado, los hombres continúan dominando áreas tradicionalmente fuertes como la construcción (80.5%) y la explotación de minas y canteras (78.8%), lo que refleja una división sectorial por género que, aunque equilibrada en términos de número de empresas, sigue mostrando una segregación en las áreas de especialización empresarial.

La teoría del capital humano postula que las personas invierten en su propia educación, formación y habilidades con el fin de aumentar su productividad y, por ende, su capacidad para generar ingresos. Este enfoque considera que el conocimiento, las competencias y la salud son recursos valiosos que pueden mejorar el rendimiento laboral y la eficiencia económica. Al igual que las empresas invierten en maquinaria y tecnología para optimizar su producción, los individuos y las sociedades invierten en el desarrollo del capital humano para fomentar el crecimiento económico a largo plazo. La educación formal, la capacitación profesional y la experiencia laboral son ejemplos de inversiones que incrementan el capital humano de una persona, haciéndola más competitiva en el mercado laboral.

Según actividad económica y durante el III Trimestre del año 2024, la mujer tuvo mayor participación en la conducción de empresas dadas de alta registradas como personas naturales en el rubro de Salones de belleza (72,7%), concentrándose principalmente en Lima Metropolitana, Arequipa y La Libertad. Seguida de Actividades de atención a la salud humana (64,6%), Actividades de servicios de comidas y bebidas (63,9%),
Comercio al por menor (59,5%), Actividades de alojamiento (56,2%) y Comercio al por mayor (55,7%). En el caso de los hombres, representaron un mayor porcentaje en la conducción de empresas de Construcción (80,5%), destacando los departamentos de Lima, Piura y La Libertad; seguida por Explotación de minas y canteras (78,8%), Transporte y almacenamiento (77,1%), Información y comunicaciones (74,1%), Venta y
reparación de vehículos (72,2%), Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (62,8%), y Otras actividades de servicios (60,2%), entre las principales

Además, la teoría del capital humano sugiere que una fuerza laboral más educada y capacitada no solo beneficia a los individuos al aumentar sus oportunidades de empleo y sus ingresos, sino que también impulsa el desarrollo económico general. Países con altos niveles de capital humano tienden a tener economías más dinámicas y resilientes, ya que una población bien formada es capaz de adaptarse a cambios tecnológicos y de mercado con mayor facilidad. Asimismo, el capital humano contribuye a la innovación y a la creación de nuevas industrias, lo que a su vez genera más empleos y mejora la calidad de vida. En resumen, invertir en el capital humano es fundamental para construir una sociedad próspera y sostenible, donde el crecimiento económico va de la mano con el desarrollo personal y colectivo.

Este dinamismo empresarial presenta tanto oportunidades como desafíos. Para capitalizar este crecimiento inclusivo, se recomienda a los emprendedores y a los responsables de políticas públicas implementar programas de capacitación y financiamiento dirigidos específicamente a mujeres. Además, es esencial promover políticas que faciliten el acceso equitativo a recursos empresariales, como créditos y subsidios, así como mentoría y redes de apoyo para fortalecer el ecosistema empresarial femenino. “Es crucial apoyar a las mujeres emprendedoras para consolidar un ecosistema empresarial más robusto y diversificado”, agrega López. Estas medidas no solo potenciarían el crecimiento económico, sino que también fomentarían una mayor innovación y resiliencia en el mercado.

El avance en el liderazgo empresarial femenino no solo tiene implicaciones económicas, sino que también fortalece la democracia al promover una mayor participación económica y equidad de género. Una economía más inclusiva y diversa contribuye a una sociedad más justa y equitativa, donde diferentes voces y perspectivas son valoradas y escuchadas. Además, este progreso se alinea con los Estándares GRI (Global Reporting Initiative), específicamente con el GRI 5: Igualdad de Género, al resaltar y promover la participación equitativa en la gestión empresarial. Esto no solo cumple con los criterios de responsabilidad social empresarial, sino que también impulsa a las empresas a adoptar prácticas más sostenibles y éticas.

Finalmente, invitamos a todos los lectores a reflexionar sobre la importancia de la igualdad de género en el emprendimiento y a apoyar iniciativas que promuevan un crecimiento económico inclusivo. Ya sea a través de la participación en programas de capacitación, el apoyo a empresas lideradas por mujeres, o simplemente fomentando un ambiente empresarial más inclusivo, cada acción cuenta. ¡Únete al movimiento por una economía más equitativa y próspera para todos! Tu apoyo puede marcar la diferencia en la construcción de un futuro más justo y sostenible para el Perú.

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