El sector salud en el Perú enfrenta uno de sus mayores desafíos: la digitalización de los servicios médicos. Si bien se han dado avances significativos, especialmente en el ámbito privado y en EsSalud, la modernización sigue siendo una necesidad estratégica para garantizar una atención eficiente, accesible y equitativa a nivel nacional. Esta transformación no solo implica un salto tecnológico, sino también una herramienta clave para reducir brechas de acceso a la salud y mejorar la calidad del servicio.
Según José Ignacio Cabrejos Portocarrero, profesor del Departamento de Humanidades de la Universidad del Pacífico, la digitalización del sector permite una organización más eficiente de la información clínica, facilitando su accesibilidad y precisión tanto para médicos como para pacientes. “La digitalización permite auditar el acto médico, mejorar la calidad de la atención y facilitar la colaboración remota entre especialistas”, destacó el docente, quien subrayó la relevancia de esta modernización para el sistema de salud.
Avances y brechas: un contraste entre sector público y privado
En el sector privado, las clínicas más prestigiosas de Lima, especialmente en distritos de altos ingresos, han implementado sistemas digitales adaptados a sus necesidades. No obstante, su uso sigue siendo desigual debido a la resistencia de algunos profesionales y a temores sobre la interoperabilidad entre instituciones.
Por otro lado, EsSalud ha dado un paso significativo con la implementación de historias clínicas digitales, un avance que ha sido bien recibido en la atención pública. Sin embargo, fuera de esta institución, la digitalización en hospitales y centros de salud del MINSA es limitada, dificultando la integración de los servicios. El Registro Nacional de Historias Clínicas Electrónicas (RENHICE), que debería consolidar estos esfuerzos, aún no opera como un sistema eficaz a nivel nacional.
Cabrejos Portocarrero señaló además que la implementación de herramientas de inteligencia artificial (IA) en ambos sectores se encuentra en etapas iniciales, pese a su potencial para mejorar diagnósticos y tratamientos.
Obstáculos: conectividad y capacitación
Uno de los principales retos para la digitalización es la falta de acceso a internet de alta velocidad en zonas rurales. Según datos del INEI, en 2024 solo el 55,8% de la población mayor de seis años en estas áreas cuenta con acceso a internet, y la calidad de la conexión es insuficiente para soportar sistemas complejos de información clínica.
A ello se suma la necesidad urgente de capacitación del personal médico. “Sin alfabetización digital, incluso las herramientas más avanzadas quedan subutilizadas o abandonadas”, explicó Cabrejos Portocarrero, quien destacó la importancia de programas de formación especializados para garantizar un uso eficiente de estas tecnologías.
Hacia 2025: prioridades y perspectivas
De cara al 2025, la agenda de digitalización en el sector salud prioriza la expansión de redes de conectividad fuera de Lima y la implementación de campañas de alfabetización digital para profesionales de la salud. Estas iniciativas buscan no solo cerrar la brecha de capacitación, sino también generar confianza en el uso de herramientas tecnológicas, optimizando diagnósticos y tratamientos.
En esta línea, el Ministerio de Salud (MINSA), en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), organizó un taller clave para evaluar la Agenda Digital del Sector Salud con miras al 2030. La propuesta proyecta un sistema de salud digital, ético e interoperable, con registros clínicos integrales y procesos colaborativos que mejoren la atención en todo el país.
La digitalización del sector salud en el Perú es una oportunidad histórica para modernizar y democratizar el acceso a los servicios médicos. Sin embargo, su éxito dependerá de un esfuerzo coordinado entre el gobierno, la academia y el sector privado, junto a una inversión sostenida en infraestructura y capacitación. Solo así, la tecnología podrá convertirse en una herramienta efectiva para transformar la vida de millones de peruanos y cerrar las brechas en el acceso a la salud de calidad.


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