El reciente fallecimiento de Nilo Burga, presidente del directorio de Frigoinca, desató una serie de interrogantes sobre los vínculos entre la corrupción empresarial y la gestión de programas sociales en el Perú. Este caso no solo revela un esquema de sobornos en el programa Qali Warma, sino que también expone un fenómeno económico: la desviación de recursos públicos que deberían beneficiar a los más vulnerables. ¿Cómo afecta esto a las familias peruanas? ¿Qué nos dice sobre la relación entre economía y democracia?
Frigoinca era una de las principales proveedoras de conservas para Qali Warma, el programa social del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) encargado de garantizar la alimentación escolar a nivel nacional. Sin embargo, investigaciones periodísticas y judiciales revelaron que la empresa estaba implicada en un esquema de sobornos y encubrimientos para ocultar la baja calidad de sus productos, los cuales causaron casos de intoxicación en niños beneficiarios.
El escándalo tomó mayor relevancia con la muerte de Nilo Burga, presidente del directorio de Frigoinca, quien fue encontrado sin vida en un hotel en circunstancias que las autoridades califican como sospechosas. Esta tragedia ocurrió pocos días después de que un reportaje televisivo señalara a Burga y a otros funcionarios por irregularidades en la distribución de alimentos a Qali Warma.

La corrupción y su costo para la economía
El caso Frigoinca destapa un grave problema: cuando los recursos destinados a programas sociales como Qali Warma son manipulados, las consecuencias son devastadoras. Las conservas «Don Simón», señaladas por su baja calidad, no solo comprometen la salud de miles de niños, sino que generan costos adicionales al sistema de salud pública, estimados en S/. 5 millones anuales según especialistas.
Además, la empresa habría sobornado a funcionarios para encubrir intoxicaciones masivas. Este esquema afecta directamente la confianza en el uso de los fondos públicos, desincentiva la inversión privada en sectores críticos y perpetúa la desigualdad. ¿Qué se descubrió?
- Sobornos para encubrir intoxicaciones:
Frigoinca sobornó a funcionarios de distintas regiones del país, incluidos especialistas alimentarios y representantes de las Direcciones Regionales de Salud, para manipular resultados de laboratorio y evitar sanciones tras reportes de intoxicación masiva.- Por ejemplo, en Cajamarca, 40 escolares sufrieron vómitos y desmayos tras consumir conservas de Frigoinca. A pesar de las denuncias, los análisis de laboratorio fueron alterados con ayuda de los sobornados.
- Manipulación de contratos:
La empresa habría pagado hasta S/. 8,500 a funcionarios para asegurarse contratos con el programa Qali Warma. Entre las personas implicadas figuran empleados de Frigoinca y altos funcionarios del Midis, lo que sugiere una red de corrupción que operaba a nivel nacional. - Calidad cuestionable de los productos:
Las conservas “Don Simón” fueron señaladas por contener ingredientes de dudosa procedencia, como carne procesada de animales no autorizados. Esto pone en riesgo la salud de miles de niños y expone la falta de control estatal en la supervisión de alimentos. - Conexiones políticas:
Se señala que Fredy Hinojosa, vocero presidencial y exdirector de Qali Warma, habría estado vinculado al esquema de corrupción, aunque él niega tener relación alguna con Burga o Frigoinca.
Impacto en la democracia y el tejido social
La corrupción, como teoría económica, puede analizarse bajo el enfoque de «fallas de mercado». En este caso, se produce una asignación ineficiente de los recursos públicos, lo que reduce la calidad de los bienes y servicios entregados a los ciudadanos. Este fenómeno socava la confianza en las instituciones, debilitando la democracia y promoviendo el escepticismo hacia el Estado.
Sin embargo, abordar estos problemas de forma transparente puede fortalecer la democracia. Por ejemplo, aplicar estándares internacionales como el GRI 205: Lucha contra la corrupción no solo mejora la rendición de cuentas, sino que también fomenta una cultura de ética empresarial. Consecuencias del Escándalo:
Crisis de confianza en las instituciones:
Este caso evidencia la falta de controles efectivos en la administración de recursos públicos, debilitando la confianza ciudadana en el gobierno y afectando la credibilidad del programa Qali Warma.
Impacto en la salud pública:
Los alimentos de baja calidad distribuidos a través de Qali Warma no solo provocaron intoxicaciones, sino que también generaron desconfianza en los programas sociales del Estado.
Pérdidas económicas:
Frigoinca recibió más de S/. 88.5 millones en contratos con el Estado en 2023. Sin embargo, los costos asociados a los problemas de salud derivados de su mala gestión representan un gasto adicional para el sistema público.
Recomendaciones prácticas
- Transparencia en la gestión pública: Implementar mecanismos de monitoreo ciudadano para supervisar los contratos de programas sociales. Esto puede incluir plataformas digitales donde los ciudadanos reporten irregularidades en tiempo real.
- Fortalecer los estándares GRI en empresas proveedoras del Estado: La adopción de medidas como auditorías externas independientes puede garantizar que las empresas cumplan con prácticas anticorrupción.
- Educación en integridad: Incluir en los currículos escolares y universitarios formación en ética pública y privada para futuras generaciones de líderes.
El caso Frigoinca nos recuerda que «el precio de desentendernos de la corrupción es mucho mayor que el esfuerzo por erradicarla». Como ciudadanos, es nuestro deber exigir transparencia en el uso de los recursos públicos y participar activamente en el fortalecimiento de nuestras instituciones.


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