El reciente Informe Técnico de Condiciones de Vida en el Perú del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), basado en la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) y la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN), deja al descubierto una realidad inquietante: el 41,4% de los peruanos enfrenta problemas de salud crónicos. Más allá de los números, esta información plantea serias preguntas sobre la efectividad del sistema de salud y las políticas públicas para atender estas necesidades.

Un panorama desigual entre lo urbano y lo rural

Aunque los problemas de salud crónicos afectan al 42,7% de la población urbana y al 35,6% de la rural, las cifras muestran un aumento preocupante, especialmente en las zonas rurales. En comparación con el 2023, la población rural con problemas de salud crónicos y otros malestares recientes creció significativamente en 1,8 puntos porcentuales, un incremento que no puede pasarse por alto.

La mayor vulnerabilidad de estas áreas no solo resalta las brechas en acceso a servicios de salud, sino también la falta de infraestructura adecuada. Si bien el 93,6% de los habitantes rurales cuenta con algún tipo de seguro, en su mayoría el Seguro Integral de Salud (SIS), ¿es suficiente para garantizar atención oportuna y de calidad?

El informe señala que el 79,8% de los adultos mayores padece enfermedades crónicas, una cifra alarmante que refleja el costo humano del envejecimiento en un sistema de salud fragmentado. Más preocupante aún es el aumento de problemas crónicos entre los jóvenes de 15 a 49 años, quienes enfrentaron un incremento de hasta 1,5 puntos porcentuales. Esto evidencia una presión futura sobre los recursos del sector, en un contexto donde la prevención parece ser la gran ausente.

Atención en salud: una deuda pendiente

Solo el 40% de las personas con problemas crónicos buscó atención médica durante el trimestre analizado. De ellas, el 47,3% recurrió a algún establecimiento de salud, pero la mayoría optó por farmacias o boticas (20,9%), lo que denota una preferencia por la automedicación o la compra de medicamentos sin supervisión profesional. En el área rural, aunque el MINSA aparece como principal punto de atención, sigue siendo insuficiente para atender la demanda creciente.

Un sistema de seguros bajo lupa

Si bien el acceso a seguros de salud ha mejorado, con un incremento del 2% a nivel nacional respecto al 2023, esta cifra pierde fuerza ante la calidad de los servicios que reciben los afiliados. En el periodo de análisis julio-agosto-setiembre 2024, el 90,7% de la población entrevistada informó contar con algún tipo de seguro de salud. Según área de residencia este porcentaje fue mayor en el área rural (93,6%) que en el área
urbana (89,9%).

Del total de la población afiliada a algún tipo de seguro de salud, el mayor porcentaje se presenta en la población que accede únicamente al Seguro Integral de Salud (SIS), el 62,8% a nivel nacional, 57,1% en el área urbana y 86,9% en el área rural. En relación con similar trimestre del 2023, la población afiliada a algún tipo de seguro de salud se incrementó de manera muy altamente significativa a nivel nacional y en el área urbana en 2,0 y 2,1 puntos porcentuales, respectivamente.