En octubre de 2024, la región de Amazonas enfrentó un panorama mixto en su economía, marcado por caídas significativas en la producción de cultivos básicos como el arroz (-7,8%) y la yuca (-8,5%), mientras que otros productos como el maíz amiláceo (359,8%) y el café (63,4%) lograron cifras alentadoras. Este comportamiento refleja una adaptación dispar en el sector agropecuario de la región, clave para la economía familiar y el desarrollo local. Ese mismo mes, la economía peruana mostró un crecimiento del 3,4%, impulsado por sectores clave como el Agropecuario, Comercio, Construcción, Transporte, Manufactura y Otros Servicios. Sin embargo, este desempeño fue opacado por caídas en sectores como Minería, Hidrocarburos, Pesca y Finanzas, destacando un panorama mixto en el que las exportaciones de productos no tradicionales, como textiles y productos agropecuarios, tuvieron un papel clave.
Además, el sector pecuario en Amazonas mostró un crecimiento en la producción de vacunos (3,3%) y porcinos (6,1%), lo que sugiere resiliencia en ciertas actividades rurales pese a la contracción general en los cultivos.

¿Por qué es importante este comportamiento económico?
El descenso en cultivos como el arroz y la yuca, esenciales para la alimentación local y el comercio interno, puede ser atribuido a la reducción de áreas cosechadas, exacerbada por factores como la falta de inversión en infraestructura de riego y el impacto del cambio climático. Por otro lado, el aumento en productos como el maíz amiláceo y el café demuestra que, con la adopción de técnicas agrícolas modernas y el acceso a mercados internacionales, el sector puede diversificarse y prosperar.
Este fenómeno se alinea con la teoría de la resiliencia económica rural, que señala cómo la diversificación en cultivos puede ayudar a mitigar los riesgos asociados con la dependencia de productos específicos.
La producción de arroz cáscara, en octubre de 2024, totalizó 14 mil 867 toneladas y bajó en 7,8%, cotejado con igual mes del año anterior que fue 16 mil 120 toneladas, como consecuencia de las menores áreas cosechadas. A su vez, la producción de yuca reportó 15 mil 861 toneladas y disminuyó en 8,5%, comparado con el décimo mes del año pasado que logró 17 mil 334 toneladas, debido a las inferiores cosechas. También, se redujo la producción de maíz amarillo duro (-78,2%), papa (-33,1%), piña (-32,0%), papaya (-20,6%) y plátano (-1,3%), entre otros. Por el contrario, se elevó la producción de maíz amiláceo (359,8%), café (63,4%), naranja (52,5%), zapallo (50,0%) y zanahoria (25,1%), entre los más destacados.
Respecto al subsector pecuario, la producción de vacuno alcanzó 1 mil 572 toneladas de peso vivo y subió en 3,3%, con relación a octubre del año 2023, que obtuvo 1 mil 522 toneladas de peso vivo. Similar tendencia mostró la producción de porcino (6,1%) y caprino (3,3%). Sin embargo, la producción de leche fresca registró 8 mil 687 toneladas y se contrajo en 2,4%, con referencia a igual mes del año precedente, que presentó 8 mil 897 toneladas, explicado por la reducción del número de vacas en ordeño. Asimismo, se observó una variación negativa en la producción de ave (-4,8%) y huevos (-3,1%).
Impacto en la vida cotidiana de Amazonas
La economía agropecuaria no solo define los ingresos de las familias rurales, sino que también afecta la seguridad alimentaria y el dinamismo del comercio local. A pesar de las caídas en productos básicos, el aumento en cultivos de alto valor como el café podría representar una oportunidad para las familias, siempre y cuando se promuevan políticas de acceso a mercados internacionales y capacitación en técnicas agrícolas sostenibles.
Además, el sector pecuario ofrece un respiro económico, con cifras positivas en la producción de carne de vacuno y porcino. Sin embargo, la caída en la producción de leche fresca (-2,4%) y de aves (-4,8%) refleja desafíos pendientes en la cadena de suministro agrícola y pecuaria.
El crecimiento en ciertos sectores y la mejora en la recaudación tributaria regional pueden traducirse en mayor financiamiento para infraestructura y servicios públicos, fortaleciendo la gobernanza local. Este aspecto está alineado con el estándar GRI 201: Desempeño económico, que fomenta prácticas responsables en la generación y distribución de recursos.
Promover una economía diversificada y sostenible en Amazonas no solo mejorará la calidad de vida de sus habitantes, sino que también fortalecerá la democracia al garantizar oportunidades más equitativas. Amazonas tiene el potencial de convertirse en un referente de desarrollo agropecuario sostenible. Para lograrlo, es crucial que los gobiernos locales, agricultores y empresas trabajen juntos. ¿Qué pasos tomarías tú para contribuir al progreso de tu región? ¡Comparte tus ideas y construyamos un Amazonas más fuerte!


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