La propuesta para reducir el número de feriados remunerados en Perú ha vuelto al centro del debate público. La iniciativa, planteada por la Defensoría del Pueblo y respaldada por el ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, Daniel Maurate, enfrenta una fuerte discusión sobre su impacto en la productividad y la economía nacional. Con cifras alarmantes del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y análisis de expertos económicos, se pone en la balanza el costo de los días de descanso frente a su impacto en sectores clave.
Según el BCRP, cada feriado adicional representa un costo significativo para el país, estimado en casi 0,04% del Producto Bruto Interno (PBI), lo que equivale a S/ 430 millones. Estas cifras han llevado al ministro Daniel Maurate a señalar que los días de descanso remunerados afectan negativamente la productividad, especialmente en un contexto donde sectores como minería, manufactura y construcción concentran una parte importante del PBI.
El panorama se agrava con los cálculos del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL). Su jefe, Óscar Chávez, detalló que las pérdidas diarias pueden alcanzar S/ 1.400 millones, considerando que el PBI diario del Perú ronda los S/ 3.000 millones. Esta situación genera un efecto dominó, impactando la recaudación tributaria y la dinámica de sectores como las notarías, esenciales para operaciones comerciales.
El titular de la Defensoría del Pueblo, Josué Gutiérrez, destacó que Perú se ha posicionado como uno de los países con más días de descanso en Sudamérica. En 2024, los trabajadores del sector público acumularon un total de 56 días de descanso: 26 feriados y 30 días de vacaciones. Este contexto coloca al Perú en un dilema entre priorizar el descanso laboral o asegurar la continuidad productiva en sectores estratégicos.
La propuesta de reducir feriados busca alinear al país con una tendencia internacional que prioriza la productividad económica. Sin embargo, los críticos argumentan que los feriados no solo tienen un impacto negativo, sino también positivo en sectores como el turismo, el comercio y el bienestar de los trabajadores. Reducirlos podría generar tensiones laborales y afectar la dinámica social.
El debate sobre los feriados remunerados plantea una pregunta fundamental: ¿puede la economía nacional sostener su crecimiento actual manteniendo los días de descanso? Mientras el gobierno analiza esta propuesta, las cifras del BCRP y las opiniones de expertos ponen de manifiesto la necesidad de encontrar un equilibrio entre productividad y bienestar.


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