El éxodo digital: Los ‘refugiados de TikTok’ encuentran un nuevo hogar en Xiaohongshu

A medida que se intensifican las amenazas de una posible prohibición de TikTok en Estados Unidos, cientos de miles de usuarios estadounidenses han comenzado a migrar hacia Xiaohongshu, una plataforma social china que se traduce como «Little Red Book» o «Pequeño Libro Rojo». Esta aplicación, cuya referencia al compendio de citas de Mao Zedong la vincula estrechamente con el Partido Comunista Chino, ha logrado convertirse en un refugio para los usuarios estadounidenses temerosos de la intervención del gobierno chino en TikTok.

Xiaohongshu, también conocida como RedNote fuera de China, es una aplicación lanzada en 2013 por la empresa china Xingyin Information Technology. Con un crecimiento notable en los últimos años, la plataforma ha alcanzado más de 300 millones de usuarios activos mensuales (MAU, por sus siglas en inglés), siendo especialmente popular entre las generaciones más jóvenes. Su funcionamiento se asemeja al de plataformas como Instagram y Pinterest, permitiendo a los usuarios compartir y descubrir contenido relacionado con moda, belleza, viajes y gastronomía. La plataforma destaca por su algoritmo altamente personalizado que ajusta las recomendaciones según los intereses de los usuarios, lo que la convierte en un centro de intercambio social de gran dinamismo.

En el contexto estadounidense, RedNote experimentó un gran auge, alcanzando el primer puesto en el ranking de aplicaciones gratuitas en la App Store de EE. UU., superando incluso a Lemon8, otra alternativa china que pertenece a ByteDance, la misma empresa matriz de TikTok. ByteDance, la compañía responsable de la popular plataforma de videos cortos TikTok, cuenta con más de 1,000 millones de usuarios activos mensuales globalmente, consolidándose como una de las principales redes sociales del mundo. Por su parte, TikTok sigue siendo la aplicación más descargada a nivel global, especialmente en regiones como Estados Unidos y América Latina, donde la app se ha convertido en un fenómeno cultural. Al descargarse RedNote, los usuarios deben registrar un número de teléfono y definir sus intereses, que van desde cuidados para bebés hasta caligrafía y gastronomía. El algoritmo de la plataforma comienza a sugerir contenido, que varía desde escenas cómicas hasta contenido relacionado con la cultura pop.

Este fenómeno ha dado lugar a que los usuarios estadounidenses sean apodados «refugiados de TikTok» por los usuarios originales de la plataforma, quienes con humor se han autodenominado “los nuevos espías chinos”. En tono jocoso, han comenzado a ofrecer clases de mandarín, creando incluso grupos dentro de la app para facilitar la integración de los recién llegados. Además, algunos han lanzado el “impuesto de la foto de gato”, una broma que consiste en pedir a los nuevos usuarios extranjeros que compartan una imagen de un gato como una forma de pago simbólico por su pertenencia al grupo.

Este escenario pone de manifiesto una crítica irónica hacia la postura del gobierno de Estados Unidos sobre la seguridad en TikTok. Si bien las autoridades estadounidenses han expresado preocupaciones sobre la supuesta influencia del gobierno chino en la plataforma, acusándola de amenazar los valores de EE. UU. o de promover propaganda pro-palestina entre los jóvenes, se pasa por alto que otras plataformas de propiedad estadounidense, como Meta (Facebook e Instagram), también han sido cuestionadas por la explotación de datos sensibles y la manipulación de algoritmos para favorecer ciertos puntos de vista políticos.

La situación también revela la paradoja inherente a las redes sociales: su capacidad para crear una experiencia aparentemente cercana e íntima, mientras ocultan los verdaderos costos y amenazas que conllevan. Los usuarios interactúan con las plataformas sin saber realmente qué sucede detrás de ellas, en un entorno donde las decisiones tecnológicas y políticas se toman sin su consentimiento consciente.

Si la prohibición de TikTok se materializa y los usuarios continúan en Xiaohongshu, es posible que, con el tiempo, los estadounidenses lleguen a dominar la cultura de la plataforma, alterando su dinámica original. No obstante, por el momento, los usuarios estadounidenses siguen siendo visitantes en un territorio ajeno, lidiando con instrucciones en mandarín y con una interfaz que es desconocida para ellos. .

Xiaohongshu, por lo tanto, ofrece a los estadounidenses una visión curiosa de la perspectiva china sobre su país, presentada de una manera accesible y traducida para su consumo. Aunque esta «vacación digital» pueda llegar a su fin si las políticas de restricción se endurecen, el fenómeno ha puesto de relieve la facilidad con la que las plataformas sociales pueden cruzar fronteras, desafiando no solo las restricciones políticas, sino también las barreras culturales.

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