El sistema ferroviario en Perú enfrenta retos significativos, pero también presenta oportunidades clave para el desarrollo del país. Con un plan gubernamental para duplicar la red ferroviaria, el transporte intermodal se perfila como una solución estratégica para impulsar la economía y reducir el impacto ambiental. El ferrocarril en Perú se encuentra fragmentado y con escasa participación en el transporte terrestre. Desde 2010, el crecimiento de la red ferroviaria ha sido limitado, la falta de interconexión entre las rutas ferroviarias reduce su eficiencia y la mayoría de la carga y pasajeros se movilizan por carretera, elevando los costos y la huella de carbono. Para revertir esta situación, el gobierno peruano planea inversiones superiores a US$ 31,000 millones en nuevas líneas férreas como Lima-Ica, Andahuaylas-Marcona y Barranca-Trujillo. Además, el Plan Nacional de Servicios e Infraestructura Logística de Transporte al 2032 (PNSILT 2032) busca integrar mejor las infraestructuras viales con tecnología y digitalización.

Según Pepe Baena, profesor de OBS Business School, adoptar un enfoque intermodal traería beneficios clave como la reducción de emisiones contaminantes, ya que los trenes consumen menos combustible por tonelada transportada que los camiones. También mejoraría la eficiencia logística al combinar diferentes medios de transporte optimizando tiempos y reduciendo costos, además de fortalecer la competitividad empresarial al ofrecer precios y tiempos de entrega más atractivos. «El transporte ferroviario es una pieza clave para el desarrollo sostenible de la logística en el país. Integrar un sistema intermodal permitirá una reducción significativa en los costos de transporte y una mayor eficiencia operativa para las empresas», señala Baena.

Para implementar un sistema intermodal eficiente, es clave invertir en terminales modernas que faciliten la conexión entre trenes, camiones y barcos, tecnologías sostenibles como locomotoras con combustibles alternativos como gas natural o electricidad, y en la digitalización con sistemas de gestión y análisis de datos para optimizar rutas y recursos. La colaboración público-privada será esencial para que estas inversiones se materialicen y generen un impacto positivo en la movilidad y la logística del país.

La visión a largo plazo para el transporte intermodal en Perú implica automatización, digitalización y el desarrollo de centros logísticos inteligentes. Esto no solo mejorará la eficiencia y sostenibilidad del transporte, sino que fortalecerá la economía del país, beneficiando a las pequeñas y medianas empresas (PYME) y generando nuevas oportunidades de negocio. Un sistema ferroviario eficiente no solo impulsará el comercio exterior al reducir los tiempos de transporte de mercancías, sino que también facilitará una mayor integración regional, conectando ciudades y potenciando nuevas rutas comerciales. Perú tiene la oportunidad de modernizar su infraestructura ferroviaria y posicionarse como un hub logístico clave en América Latina.

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