📢 A dos días del voraz incendio que arrasó con un almacén en Barrios Altos, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, anunció una medida radical: la intangibilidad total de la zona para almacenamiento de mercadería y comercio. Esta disposición busca evitar que tragedias como la reciente vuelvan a ocurrir en uno de los puntos más críticos del Centro Histórico de Lima.

“No se podrá almacenar nada ahí”, enfatizó el burgomaestre en una conferencia de prensa, solicitando el respaldo del Concejo Metropolitano para dar carácter oficial a la restricción. Además, adelantó que se tomarán medidas contra la mercadería proveniente del extranjero que ingresa directamente a esta área. Para ello, pidió apoyo legislativo a los congresistas Norma Yarrow y Alejandro Muñante, con el fin de cerrar cualquier vacío legal que permita el ingreso de estos productos a la zona.

¿Cómo afecta esta decisión a los comerciantes?

Barrios Altos ha sido históricamente un punto neurálgico del comercio limeño, sirviendo como centro de almacenamiento para productos destinados a Mesa Redonda y otras zonas comerciales. La intangibilidad anunciada por López Aliaga impactará directamente en cientos de comerciantes que dependen de estos espacios para su abastecimiento y distribución.

A pesar de las críticas por su ausencia inmediata en el lugar del siniestro, el alcalde defendió su postura argumentando que su enfoque es «conseguir soluciones y no ser ‘figureti’». Sin embargo, la pregunta queda en el aire: ¿es esta la medida correcta o simplemente un golpe de efecto para desviar la atención?

Lima blindada: Intangibilidad también en el Centro Histórico

El anuncio sobre Barrios Altos llega en un contexto en el que la Municipalidad de Lima ya había oficializado la intangibilidad del Centro Histórico para manifestaciones públicas, bajo el argumento de proteger el Patrimonio Cultural de la Humanidad reconocido por la UNESCO. La medida, publicada en el Diario Oficial El Peruano a través del Acuerdo Nº 026, encarga a diversas entidades municipales y al Ministerio del Interior el cumplimiento de estas restricciones.

Mientras tanto, las reacciones de comerciantes, gremios y ciudadanos no se han hecho esperar. La gran interrogante es cómo garantizará la Municipalidad la reubicación de las actividades comerciales afectadas sin generar un conflicto mayor en la capital. ¿Se trata de una solución efectiva o simplemente de una bomba de tiempo para el comercio limeño?