📢 Cada día, en Perú se roban alrededor de 4,000 celulares, un delito que no solo agrava la inseguridad ciudadana, sino que también alimenta la economía informal y contribuye a la crisis ambiental. A esto se suma un problema mayor: el país genera 220,000 toneladas de desechos electrónicos al año, de los cuales apenas el 7% se recicla. El 93% restante se acumula sin aprovechamiento, desperdiciando materiales valiosos como oro, plata y cobre.
Ante este escenario, la economía circular se presenta como una solución clave. La CEO de Lolotec.pe, Giovanna Lucero, explica que el reacondicionamiento, la reparación y el reciclaje de dispositivos podrían reducir la contaminación, generar empleo y fortalecer industrias sostenibles. «La formalización del mercado de segunda mano es fundamental. Un marco legal claro permitiría a los consumidores acceder a equipos sin antecedentes delictivos, reduciendo la informalidad y promoviendo un consumo responsable», señala la especialista.
Desde una mirada económica, la adopción de este modelo traería beneficios concretos. Se proyecta que, para 2030, más de 750 empresas peruanas incorporen prácticas sostenibles, impulsando un crecimiento del 2% en el PBI. Además, experiencias internacionales, como la de la Unión Europea, demuestran que la economía circular disminuye la dependencia de recursos importados y fortalece la producción local.
El reto ahora es lograr que el Estado, las empresas y los consumidores trabajen en conjunto. Se requieren regulaciones claras e incentivos para fomentar la sostenibilidad en el sector tecnológico. Mientras las empresas asumen un rol activo en la adopción de modelos circulares, la ciudadanía también debe participar con decisiones de compra más responsables.
Perú tiene la oportunidad de transformar un problema estructural en una ventaja competitiva. Apostar por la economía circular en el sector tecnológico no solo cerraría brechas ambientales y económicas, sino que también posicionaría al país como un referente en sostenibilidad en América Latina.
La economía circular es un modelo de producción y consumo que busca reducir el desperdicio y maximizar el uso de los recursos mediante la reutilización, reparación, reacondicionamiento y reciclaje de productos y materiales. A diferencia del modelo tradicional de economía lineal —basado en producir, usar y desechar—, la economía circular apuesta por mantener los productos en uso el mayor tiempo posible, reduciendo la extracción de materias primas y minimizando el impacto ambiental. En el sector tecnológico, esto implica extender la vida útil de los dispositivos electrónicos, recuperar componentes valiosos y fomentar un mercado formal de segunda mano, generando empleo y oportunidades económicas sostenibles.


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