📢 En 2024, el 90,5% de la población pobre ocupada en el Perú trabaja en condiciones de informalidad. Esta cifra, que representa un incremento de 1,3 puntos porcentuales respecto al año anterior, refleja la fragilidad estructural del mercado laboral peruano para los sectores más vulnerables.
La pobreza monetaria se define por el nivel de ingresos insuficientes para cubrir una canasta básica de bienes y servicios, cuyo valor en 2024 fue de S/. 446 por persona. En este contexto, la informalidad no solo limita el acceso a ingresos estables, sino que también excluye a millones de peruanos de beneficios laborales como seguro de salud, jubilación o vacaciones.
El panorama es más grave entre los pobres extremos, donde el 97,6% trabaja de forma informal. Esto significa que prácticamente todo ese grupo está desprotegido en términos de seguridad social y sin posibilidad de ahorro o crecimiento profesional.
Además, el 79,4% de las personas pobres trabaja en empresas de entre 1 a 5 empleados, es decir, microempresas sin capacidad para ofrecer estabilidad laboral. En contraste, solo el 8,3% accede a un puesto en una empresa grande (de más de 50 trabajadores).
Por categoría ocupacional, el 48% de los pobres trabaja como independiente y el 12,4% como trabajador familiar no remunerado. Es decir, 6 de cada 10 pobres no tienen un empleador ni reciben un salario fijo. Estas condiciones afectan su capacidad de salir de la pobreza, al tiempo que perpetúan la informalidad como única opción de subsistencia.
🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS
- Informalidad extrema: El 90,5% de los pobres trabaja en el sector informal, y entre los pobres extremos esta cifra llega al 97,6%.
- Microempresas: El 79,4% de los pobres trabaja en unidades con 1 a 5 empleados.
- Poco acceso al empleo formal: Solo el 8,3% de los pobres trabaja en empresas con más de 50 trabajadores.
- Autoempleo forzado: El 48% de los pobres trabaja por cuenta propia; el 12,4% lo hace sin recibir pago alguno.
- Retroceso social: El aumento de la informalidad respecto a 2023 fue estadísticamente significativo, mostrando que la recuperación laboral aún no alcanza a los más vulnerables.


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