📢 ¿Te imaginas que una conversación sobre salud mental pueda salvarte la vida en el trabajo? En el Perú, donde muchas familias dependen del sueldo de un obrero industrial, cada accidente laboral no solo pone en riesgo una vida, sino la estabilidad económica del hogar. Frente a este desafío silencioso, un proyecto ha demostrado que la prevención también empieza en la mente.

En un sector tan riesgoso como el industrial, donde los errores cuestan caro, más de 600 trabajadores fueron evaluados psicológicamente como parte del proyecto “Personalidad de Riesgo”. La iniciativa se basa en una premisa sencilla pero potente: entender cómo piensa y reacciona cada persona puede prevenir accidentes. ¿El resultado? 15 personas pasaron de tener un perfil de riesgo alto a medio, y otras 28, de medio a bajo. Detrás de este avance hay más de 560 horas de acompañamiento psicológico, planes personalizados y trabajo conjunto con las familias.

El estudio identificó patrones de personalidad con mayor probabilidad de sufrir accidentes: desde altos niveles de ansiedad, dolor emocional o poca responsabilidad ante las normas, hasta comportamientos impulsivos. Frente a esto, se apostó por una estrategia que no solo considera equipos de seguridad, sino también el bienestar emocional como un escudo más.

Este enfoque ha sido tan innovador que fue premiado con el “Premio Prácticas Innovadoras en Seguridad 2025” por MAPFRE, y permite asignar al personal en función de cómo reacciona ante el estrés, la presión o decisiones rápidas. Como señaló el Dr. Roberto Serquén, jefe de Salud Ocupacional, esta evolución implica pasar de una cultura reactiva a una proactiva, donde la autoconciencia es clave.

Desde una perspectiva económica, reducir accidentes laborales no solo protege vidas, también ahorra gastos médicos, evita paralizaciones y mantiene la productividad. En contextos donde cada día de trabajo cuenta, anticiparse puede marcar la diferencia entre un ingreso continuo o una pérdida inesperada para la familia.

🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS

• PREVENCIÓN: Más de 600 evaluaciones psicológicas ayudaron a reducir el riesgo de accidentes en ambientes industriales peligrosos.
• SALUD MENTAL: Se invirtieron más de 560 horas en acompañamiento emocional, confirmando que el bienestar psicosocial también es una inversión en seguridad.
• IMPACTO FAMILIAR: El proyecto incluyó a las familias de los trabajadores, reconociendo que los problemas del hogar afectan el rendimiento laboral.
• EFICIENCIA: Reducir accidentes evita interrupciones costosas en la producción y disminuye el gasto en seguros y tratamientos médicos.
• RECONOCIMIENTO: El modelo fue premiado por MAPFRE, validando la innovación como una ventaja competitiva en seguridad industrial.