📢 ¿Qué pasaría si el arroz que compras para tu familia no es lo que dice ser? Aunque suene exagerado, es más común de lo que imaginamos. Para evitar que los derechos sobre nuevas variedades vegetales —como un arroz más resistente o un tomate más nutritivo— sean vulnerados, el Indecopi ha propuesto cambios clave en la forma de recolectar y analizar muestras durante las visitas inspectivas. Y esto puede impactar directamente en lo que llega a nuestra mesa.
En una reciente resolución (N.º 000045-2025/CIN-INDECOPI), la Comisión de Invenciones y Nuevas Tecnologías ha dispuesto la publicación de una propuesta de modificación de los lineamientos para la toma de muestras. ¿El objetivo? Asegurar que los análisis, especialmente los genéticos, sean realmente efectivos para identificar posibles infracciones a los derechos de los obtentores de variedades vegetales. Esto significa más precisión y, por tanto, más protección para quienes desarrollan productos agrícolas únicos.
Entre los cambios más importantes, destaca la incorporación del concepto de “marcador genético específico”, que permitirá distinguir de forma inequívoca una variedad protegida. Así, si una empresa está utilizando sin autorización una semilla registrada, se podrá probar con evidencia científica concreta y trazable. Esta trazabilidad es clave: saber de dónde viene exactamente la muestra y cómo fue recolectada ya no será opcional, sino obligatorio.
Además, se exigirá que los análisis de ADN los realicen laboratorios competentes, con estándares internacionales, lo que garantizará informes detallados con toda la información técnica necesaria para sustentar una infracción. Este punto es especialmente sensible para agricultores y empresas pequeñas, quienes suelen verse más expuestos a litigios sin tener cómo demostrar el uso legítimo de sus semillas.
¿Y qué pasa si no se usan estos marcadores genéticos específicos? En ese caso, los análisis de ADN serán apenas complementarios, y no servirán como prueba única. Así se evita que un mal procedimiento perjudique injustamente a un agricultor.
Este cambio no solo protege la innovación en el campo, sino que también cuida la calidad de lo que consumimos. Cuando hay reglas claras y pruebas científicas bien hechas, todos ganamos: productores, consumidores y el país.
🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS
- CAMBIO CLAVE: La definición de marcador genético específico permitirá identificar con certeza una variedad vegetal protegida. Esto asegura justicia para el agricultor y protección para el consumidor.
- TRAZABILIDAD TOTAL: Las muestras deberán estar plenamente identificadas desde su origen, lo que fortalece la cadena de pruebas y evita manipulaciones. Impacta directamente en litigios justos y decisiones transparentes.
- LABORATORIOS AUTORIZADOS: Solo centros especializados podrán hacer estos análisis, con informes detallados. Esto eleva el estándar de la evidencia y protege a pequeños productores frente a errores técnicos.
- ANÁLISIS COMPLEMENTARIOS: Si no se usa un marcador genético específico, los análisis deberán ser reforzados con pruebas morfológicas. Así se evita la dependencia de una sola fuente de prueba.
- PARTICIPACIÓN CIUDADANA: La ciudadanía puede opinar sobre esta propuesta en los próximos 20 días. Una muestra de democracia aplicada a la protección de la innovación y el consumo responsable.


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