📢 Si una mujer enferma, toda la familia se tambalea. Pero si no puede acceder a atención, la economía también se resiente. Aunque las mujeres viven más que los hombres en el Perú (78,2 años frente a 72,1), no necesariamente viven mejor. Los datos más recientes del INEI revelan que las mujeres enfrentan más barreras para acceder a servicios de salud y, al mismo tiempo, cargan con una mayor proporción del trabajo de cuidado no remunerado. Este doble peso tiene consecuencias económicas directas: menos tiempo para trabajar, estudiar o emprender, y más probabilidades de caer en la pobreza.
Una de las cifras más alarmantes es que la tasa de embarazo adolescente llega al 11,4 % a nivel nacional, afectando principalmente a las jóvenes de áreas rurales y de menores ingresos. Esto no solo condiciona su salud física y emocional, sino también su acceso al mercado laboral. Cada embarazo adolescente implica una posible deserción escolar y, con ello, una vida laboral marcada por empleos precarios.
El acceso desigual a métodos anticonceptivos modernos también resalta la brecha de género en salud. Mientras el 56,1 % de mujeres en edad fértil usa métodos modernos, muchas lo hacen sin suficiente acompañamiento médico ni información completa. Esto refleja una falta de políticas públicas que prioricen la salud sexual y reproductiva desde una perspectiva de derechos y desarrollo.
Además, el cuidado de personas enfermas, ancianos o niños recae mayoritariamente en las mujeres. Según las cifras, ellas dedican en promedio 27,2 horas semanales al trabajo no remunerado en el hogar, frente a solo 11,4 horas de los hombres. Esta carga limita el tiempo disponible para trabajos remunerados, afectando su autonomía económica y sus aportes al sistema previsional.
La teoría del cuidado, en economía feminista, subraya que el trabajo de cuidado —aunque no se paga— sostiene la base de la economía. Si el Estado y el mercado no asumen parte de esta responsabilidad, las mujeres seguirán pagando la factura con su salud, su tiempo y su independencia.
🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS
- ESPERANZA DE VIDA: Las mujeres viven más años, pero no necesariamente con mejor acceso a servicios de salud, lo que repercute en su bienestar y productividad.
- EMBARAZO ADOLESCENTE: Afecta al 11,4 % de adolescentes, reduciendo su acceso a educación y empleos formales, con alto impacto en su economía futura.
- SALUD REPRODUCTIVA: El uso de anticonceptivos modernos no siempre está acompañado de educación integral en salud, generando decisiones desinformadas.
- TRABAJO NO REMUNERADO: Las mujeres destinan más del doble de horas que los hombres al cuidado del hogar, reduciendo su tiempo para generar ingresos.
- IMPACTO ECONÓMICO: Sin inversión pública en salud y cuidado, se limita la participación femenina en el desarrollo económico del país.


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