📢 Cuando tu municipalidad no recauda bien, pero igual recibe más dinero del Estado, ¿es una solución o un parche caro? En 2024, el Gobierno Central duplicó el monto del FONCOMUN —el fondo que transfiere recursos a los gobiernos locales— con la idea de ayudar a municipios en crisis. ¿El resultado? Varios mejoraron su “ratio fiscal” sin haber recaudado un sol más. Para el Consejo Fiscal, esto no es un avance, es una señal de alerta.
El FONCOMUN, originalmente pensado como una herramienta de apoyo para los gobiernos subnacionales, hoy funciona como una vía de “rescate financiero” silencioso. Municipios que llevan años gastando más de lo que tienen ahora aparecen como fiscalmente responsables, no por gestión propia, sino por una inyección directa desde el Tesoro Público.
Recordemos que el FONCOMUN funciona como un fondo que transfiere recursos del Gobierno Central a las municipalidades, principalmente para cubrir gastos operativos y prestar servicios básicos. Pero cuando ese fondo crece sin exigir mejoras en gestión, recaudación o ejecución de obras, se rompe el incentivo para que las autoridades locales administren bien. Es como cubrir un hueco financiero con más dinero en vez de cerrar el caño que lo genera. A largo plazo, este tipo de medidas pueden generar una cultura de dependencia: los municipios dejan de buscar ingresos propios y esperan que el Estado los rescate cada año, sin cambiar nada de fondo.
Esto no es un detalle técnico: al menos 74 gobiernos locales venían incumpliendo las reglas fiscales. Tras el aumento del fondo, algunos han logrado cumplirlas… pero sin reformar su administración ni mejorar su recaudación. El problema sigue ahí, disfrazado de equilibrio.
El Consejo Fiscal advierte que este tipo de transferencias, si se hacen sin condiciones ni criterios de desempeño, debilitan la sostenibilidad de las finanzas públicas nacionales. En lugar de promover autonomía responsable, fomentan dependencia estructural. A mediano plazo, esto puede convertirse en una bomba fiscal que presione aún más el gasto público y desincentive la mejora de gestión local.
El riesgo no es solo económico, es político. Si se normaliza el “premio” a la ineficiencia, los municipios que sí ordenan sus cuentas y hacen bien las cosas terminan compitiendo en desigualdad frente a quienes reciben más sin mejorar nada. Y al final, quien paga la factura… sigue siendo el ciudadano.
🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS
- FONCOMUN AUMENTADO: En 2024, el monto del FONCOMUN se duplicó, permitiendo que municipios con graves problemas financieros mejoren artificialmente su situación fiscal.
- SIN REFORMA REAL: Muchos gobiernos locales ahora cumplen las reglas fiscales no porque gestionen mejor, sino porque reciben más dinero sin condiciones.
- 74 MUNICIPIOS EN RIESGO: Al menos 74 gobiernos locales han venido incumpliendo los límites fiscales. El aumento del fondo no solucionó sus problemas estructurales.
- RIESGO FISCAL NACIONAL: Las transferencias masivas sin reformas pueden presionar el gasto público del país y crear un sistema donde la ineficiencia se normaliza.
- COMPETENCIA INJUSTA: Esta lógica puede desalentar a los municipios que sí se esfuerzan por cumplir las reglas. El mensaje se vuelve peligroso: no importa si haces bien las cosas, igual te van a transferir.


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