📢 ¿Cirugía médica o estética? Mientras tú haces cola en Essalud, otros se operan en secreto. En un país donde sacar una cita médica puede tomar meses y las operaciones se postergan por falta de camas, la revelación de que la presidenta pasó por una cirugía —¿estética o médica?— reabrió un viejo malestar: la brecha entre los servicios de salud del pueblo y los privilegios del poder. Dina Boluarte insistió en que no fue una cirugía estética, sino un procedimiento médico. Pero la polémica no terminó ahí: el propio médico que la atendió declaró que sí fue por motivos estéticos.

El tema no es menor. Porque más allá del cuerpo, lo que está en juego es la credibilidad del discurso oficial. La presidenta afirmó que estuvo fuera solo dos días, pero el equipo médico indicó que la intervención duró más del doble del tiempo anunciado y requirió monitoreo de enfermería en Palacio. ¿Quién dice la verdad? ¿Y por qué ocultarlo? Estas contradicciones alimentan una narrativa que desgasta aún más la relación entre la ciudadanía y sus autoridades.

El silencio también fue parte del problema. Han pasado más de 250 días sin conferencias de prensa reales, lo que ha hecho que temas como este se acumulen sin respuestas claras. En lugar de transparencia, se responde con evasivas. Y cuando la información llega a cuentagotas o se contradice, lo único que crece es la desconfianza.

Desde la economía política, esto se conecta con la pérdida de capital simbólico: cuando una autoridad pierde legitimidad ante la opinión pública, sus decisiones, incluso las correctas, se ven con sospecha. En contextos de crisis social, los símbolos importan tanto como los hechos. Y una operación mal comunicada puede costar mucho más que una explicación oportuna.

La salud es un tema sensible. Para millones de peruanos, representa angustia, espera y sacrificio. Por eso, cuando una autoridad no es clara, la reacción ciudadana no es solo crítica: es profundamente emocional. No se trata de una cirugía. Se trata de respeto.

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🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS:

• CONTRADICCIÓN: La presidenta dijo que su cirugía fue médica; su propio médico asegura que fue estética. La coherencia es clave en la comunicación pública.
• TIEMPO: El gobierno informó que duró 45 minutos, pero la versión médica indica más de hora y media con dos días de descanso supervisado.
• SILENCIO: Pasaron más de 250 días sin conferencias de prensa reales, generando una acumulación de temas sin aclarar.
• IMPACTO: Las inconsistencias debilitan el capital simbólico de liderazgo, clave para gobernar con legitimidad.
• DESIGUALDAD: Mientras miles esperan atención médica, este caso refuerza la percepción de un Estado con ciudadanos de primera y de segunda.