💸 Lo que Petroperú se llevó: S/6 mil millones sin retorno

📢 Mientras miles de emprendedores luchan por mantener a flote sus negocios y las familias hacen malabares para llegar a fin de mes, hay un viejo conocido que sigue recibiendo millonarios rescates del Estado: Petroperú. En 2024, la empresa estatal absorbió nada menos que S/ 6,100 millones del presupuesto público. Sí, leyó bien: más de seis mil millones de soles.

Este salvataje, registrado como una transferencia de capital, es una de las razones que explican el desborde del gasto fiscal en 2024, según advierte el Consejo Fiscal. Y lo preocupante no es solo el monto, sino el patrón: año tras año, el Estado inyecta recursos a una empresa que sigue sin ser rentable ni autosostenible, drenando fondos que podrían destinarse a educación, salud o infraestructura.

La pregunta ciudadana es inevitable: ¿cuántas postas médicas, patrulleros o colegios públicos podríamos financiar con ese dinero? ¿Cuántas empresas pequeñas se beneficiarían si ese capital fuera usado para créditos productivos? Este es un ejemplo claro de uso ineficiente de los recursos públicos, en un país que no puede darse el lujo de gastar sin retorno. Pero ¿qué hacemos ante esta situación? ¿mejoramos la empresa para venderla o damos por perdido el dinero? Desde hace años, economistas y técnicos advierten que mantener viva a Petroperú con dinero del Tesoro Público no solo es costoso, sino que genera incentivos perversos. No hay presión real para reformar su modelo de gestión ni para exigir resultados. Si el dinero nunca se agota, ¿por qué cambiar?

Según esta teoría, cuando una empresa estatal como Petroperú sabe que el Estado siempre la rescatará financieramente —sin importar su desempeño— se genera un riesgo moral: la empresa no tiene incentivos reales para mejorar su eficiencia, reducir costos o reformar su estructura, porque opera bajo la certeza de que el contribuyente cubrirá cualquier pérdida. Esto distorsiona la asignación de recursos, debilita la disciplina financiera y, en contextos de restricciones fiscales, desplaza inversiones públicas más productivas. En términos simples: si siempre hay un salvavidas garantizado, ¿por qué aprender a nadar?

En momentos en que el país acumula déficit fiscal y se queda sin ahorros, continuar financiando una empresa pública sin resultados concretos es un lujo populista que pagamos todos. Mientras tanto, miles de emprendedores formales enfrentan cargas fiscales, y no tienen a quién pedir un rescate.


🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS

TRANSFERENCIA MILLONARIA: Petroperú recibió S/ 6,100 millones del Estado en 2024, una de las mayores inyecciones del año.

EFECTO FISCAL: Esta transferencia aportó directamente al crecimiento del gasto público, que incumplió las reglas fiscales establecidas.

SIN RESULTADOS CLAROS: No se ha transparentado si este nuevo salvataje mejora las finanzas o la operación de la empresa. Falta control y evaluación.

COSTO DE OPORTUNIDAD: Ese dinero podría haberse usado en servicios públicos, infraestructura o alivio tributario para MYPEs.

RIESGO REPETIDO: Petroperú ya ha recibido múltiples rescates previos. Sin reformas estructurales, el ciclo de dependencia continúa.

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