📢 ¿Por qué en algunas zonas del Perú ir al colegio, al hospital o incluso al mercado parece una odisea? La respuesta no está solo en la geografía, sino en cómo se mide (o no se mide) la distancia real entre comunidades. Esta semana, el gobierno aprobó un modelo que podría cambiar eso: una nueva metodología oficial para estimar el tiempo de desplazamiento entre pueblos, clave para organizar el territorio de forma más racional y con menos conflictos. Y sí, aunque suene técnico, esto puede ahorrar tiempo, dinero… y peleas.
La herramienta fue aprobada por la Secretaría de Demarcación Territorial de la PCM mediante resolución publicada el 23 de julio. ¿Qué hace exactamente? Estima cuánto demora una persona en desplazarse entre dos centros poblados. Parece obvio, pero no lo es. Hasta ahora, muchas decisiones sobre límites, accesos o servicios públicos se basaban más en mapas que en la vida real. Con este cambio, se busca una planificación que considere cómo viven realmente las personas.
El modelo no solo calcula distancias, sino también la cohesión territorial —es decir, qué tan conectadas están las comunidades entre sí. Esto puede ser decisivo, por ejemplo, al definir si una localidad debe pertenecer a un distrito u otro, o al decidir dónde colocar una posta médica o una comisaría. En la práctica, es una forma de usar datos para evitar disputas, duplicidades y, sobre todo, derroche de recursos públicos.
¿Y qué tiene esto que ver con la economía? Mucho. Organizar bien el territorio significa menos burocracia, menos gasto estatal innecesario y más inversión pública con impacto real. Si una carretera se planea donde no se necesita o un colegio se construye para atender a 30 alumnos cuando a una hora hay 300 más, estamos malgastando dinero de todos. Peor aún, generamos desigualdad y frustración.
Este modelo también puede convertirse en un aliado para los gobiernos regionales, que suelen enfrentarse a límites difusos y problemas de competencia. Tener una herramienta estandarizada permite acelerar procesos, resolver conflictos y atraer inversión pública y privada con mayor claridad. En palabras simples: menos papeles, más acción.
Todo esto se da sin crear nuevas entidades, ni aumentar planillas ni inventar trámites: solo aplicando tecnología para tomar decisiones más lógicas. Eso, en tiempos de crisis fiscal, es sentido común. Y si este modelo se aplica con firmeza, puede marcar un antes y un después en cómo se planifica el Perú de verdad.
🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS
- MOVILIDAD REAL: El modelo mide el tiempo entre comunidades, no solo la distancia en línea recta, reflejando mejor las dificultades del terreno y acceso.
- AHORRO PÚBLICO: Con datos más precisos, se evitan inversiones mal ubicadas o servicios duplicados, aliviando la presión sobre el presupuesto nacional.
- ORDEN TERRITORIAL: Facilita resolver disputas entre regiones y distritos al basarse en cohesión funcional, no solo en mapas políticos.
- MÁS INVERSIÓN: Reduce la incertidumbre para obras públicas y proyectos privados al ofrecer criterios técnicos claros.
- SIN MÁS TRÁMITES: No requiere crear nuevas entidades ni reglamentos. Se aplica con la estructura existente y ahorra tiempo a los gobiernos.


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