📊 Una multa del 7% o una buena práctica: tú decides

📢 ¿Te imaginas una multa del 7% de tus ingresos por usar mal la inteligencia artificial? Esa es la nueva realidad que ya enfrentan empresas en Europa —y pronto también muchas en Perú que operan allá— tras la entrada en vigor de la AI Act, la normativa europea que busca ponerle orden al uso de la inteligencia artificial sin frenar la innovación. Y no, no es otra regulación más. Es una hoja de ruta que bien aplicada puede fortalecer la confianza, proteger al consumidor y evitar excesos burocráticos innecesarios.

La norma, vigente desde agosto de 2024, establece reglas claras para el uso de sistemas de IA, sobre todo los de “propósito general” como los modelos extensos de lenguaje. Desde febrero de este año, ya está prohibido emplear algoritmos que violen derechos básicos, y a partir de agosto, las obligaciones se extienden a casi todos los sectores. Para cumplir, muchas empresas están recurriendo a soluciones prácticas como AI ACTion, un servicio que les permite adaptar sus sistemas sin frenar su capacidad de competir.

La metodología de este servicio —impulsado por Minsait, del grupo Indra— parte de un análisis realista: ¿cómo cumplir con lo que exige la ley sin paralizar el negocio ni contratar cinco consultoras? AI ACTion ofrece diagnóstico técnico, recomendaciones adaptadas y herramientas concretas para auditar el uso de algoritmos. ¿El objetivo? Que las empresas sean más transparentes, más responsables… y también más rentables.

Esto no es solo un tema legal. También es económico. Las organizaciones que incorporen buenas prácticas desde hoy no solo evitarán sanciones, también ganarán reputación, eficiencia y acceso a mercados más exigentes. Además, podrán acceder a certificados como el de Transparencia Algorítmica o el de Neutralidad, reconocidos por la OCDE, que no requieren una nueva capa de burocracia, sino cumplimiento técnico y voluntad de hacer las cosas bien.

En un entorno donde la IA está cada vez más presente en banca, salud, educación y hasta publicidad, esta regulación no busca frenar su avance, sino canalizarlo con criterios claros. Es la diferencia entre regular con sentido común o bloquear con miedo. Por eso, el foco no debe estar en crear más barreras, sino en acompañar a las empresas para que lo hagan bien desde el inicio. Y eso, bien gestionado, cuesta mucho menos que improvisar.


🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS

  • MULTAS REALES: Las infracciones al AI Act pueden costar hasta el 7% de los ingresos anuales de una empresa.
  • IMPLEMENTACIÓN GRADUAL: La norma ya está vigente y será plenamente obligatoria en 2026 para todos los sectores.
  • COSTO VS. BENEFICIO: Adaptarse a tiempo es más barato que enfrentar sanciones o perder acceso a mercados regulados.
  • CERTIFICADOS ÚTILES: Herramientas como el Certificado de Transparencia Algorítmica permiten mostrar cumplimiento sin más papeles.
  • COMPETITIVIDAD RESPONSABLE: Cumplir no es frenar. Es diferenciarse con prácticas claras, medibles y sostenibles.

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