📢 Te venden sin receta… y te podrían estar vendiendo un problema más grave que la enfermedad ¿Dolor de muela, resfrío fuerte o ansiedad? En Perú, no es raro ir a la farmacia y salir con un antibiótico, un ansiolítico o pastillas para la presión sin pasar por el consultorio médico. Pero eso podría estar por cambiar —y con multa de por medio. El Ministerio de Salud, a través de la Digemid, ha puesto la lupa sobre esta práctica y advierte: las boticas y farmacias que vendan medicamentos de receta sin pedirla serán sancionadas con S/5350.
La cifra no es simbólica: equivale a una Unidad Impositiva Tributaria (UIT), un monto suficientemente alto como para golpear el bolsillo de pequeños establecimientos. Pero más allá de la sanción económica, el foco está en la salud pública. La venta sin control de antibióticos, antidiabéticos, antihipertensivos y psicofármacos ha contribuido al crecimiento silencioso de dos amenazas: la resistencia microbiana y la dependencia a sustancias controladas.
Luis Costilla, especialista de Digemid, señala que muchos peruanos compran “por recomendación de un familiar” o “porque ya lo han tomado antes”. Pero detrás de ese hábito, aparentemente inofensivo, se esconde un riesgo mayúsculo: si tomas antibióticos sin diagnóstico o en dosis equivocadas, los microorganismos que causan enfermedades se vuelven resistentes. ¿El resultado? Más complicaciones, tratamientos más largos, más gastos… y menos eficacia de los medicamentos cuando realmente los necesites.
En el caso de los psicofármacos —como ansiolíticos o sedantes— el riesgo escala: pueden generar adicción, cuadros psiquiátricos más complejos y, en algunos casos, ser usados con fines delictivos. Por eso, la norma exige que toda receta esté vigente, sin enmendaduras y con los datos del médico y del paciente. Las recetas repetidas, vencidas o manipuladas no solo son inválidas, sino que exponen tanto al consumidor como al vendedor a sanciones.
En paralelo, el Ministerio ha solicitado a las direcciones regionales de salud (Diresa, Geresa) y a las Diris de Lima Metropolitana reforzar las acciones de fiscalización. No es una medida aislada: se trata de una estrategia de salud pública que busca prevenir, educar y sancionar. Las boticas deben cumplir con su rol técnico, no ser simples puntos de despacho. Y los consumidores, asumir que automedicarse no es ahorro, sino una apuesta riesgosa.
¿Hay detrás una teoría económica? Sí: la teoría de las externalidades negativas. En este caso, cuando alguien compra un antibiótico sin control, no solo pone en riesgo su salud: afecta a toda la sociedad al fomentar cepas resistentes que luego requerirán tratamientos más costosos y complejos. El Estado interviene para corregir ese fallo de mercado —poniendo multas, regulaciones y fiscalización— porque el daño no se limita al consumidor individual.
La otra teoría en juego es la de asimetría de información: el consumidor no siempre tiene el conocimiento médico para decidir correctamente sobre qué medicamento usar y en qué dosis. Por eso se exige la intervención de un médico. Eliminar ese paso bajo el argumento de «practicidad» no solo debilita el sistema de salud, sino que puede aumentar el gasto futuro por efectos adversos o enfermedades mal tratadas.
🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS
- MULTA SEVERA: La sanción por vender medicamentos con receta sin exigirla es de S/5350. Una UIT que puede costarle caro a farmacias pequeñas.
- RIESGO SANITARIO: El uso libre de antibióticos está generando una resistencia peligrosa. Las bacterias ganan terreno frente a tratamientos comunes.
- CONTROL FARMACÉUTICO: Las recetas deben estar vigentes, sin tachaduras, con datos completos del médico y del paciente. Todo lo demás es ilegal.
- CONSUMO RIESGOSO: Los psicofármacos vendidos sin receta pueden causar dependencia y ser usados para fines ilícitos.
- MÁS FISCALIZACIÓN: El Minsa ha pedido a las autoridades regionales y de Lima reforzar los controles en boticas. Habrá sanciones si no se cumple.


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