📢 ¿Sabías que los países europeos tiene bienes públicos de miles de millones y nadie sabe cuánto valen?
Imagina que una familia no supiera cuánto vale su casa, su carro o sus herramientas de trabajo. Difícil planificar el futuro, ¿no? Pues así está la mayoría de gobiernos del mundo: no tienen idea clara de cuánto valen sus carreteras, hospitales, escuelas o bosques. Y sin ese dato, es muy difícil tomar buenas decisiones económicas.

Un informe reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) alerta que la mayoría de países —incluidos muchos de Europa— no registran en sus cuentas públicas el valor real de sus activos no financieros, como infraestructura, tierras o recursos naturales. Es decir, hay miles de millones en bienes públicos que simplemente no están anotados en los balances del Estado. El resultado: decisiones a ciegas sobre inversión, mantenimiento o privatización.

Esta situación tiene consecuencias muy concretas. Por ejemplo, un gobierno puede pensar que está muy endeudado (porque sí registra todo lo que debe), pero no sabe cuánto vale lo que tiene. ¿Ves el problema? Si no conocemos el valor del patrimonio público, corremos el riesgo de vender barato, dejar de invertir o, peor, endeudarnos más de la cuenta. Es como vender tu terreno sin saber cuánto vale el metro cuadrado.

Y no se trata solo de cemento. La situación es aún más grave con los recursos naturales. ¿Sabemos cuánto valen nuestros bosques amazónicos, nuestras reservas hídricas o nuestras áreas protegidas? No. Y como no están valorizados en la contabilidad pública, no se consideran en la toma de decisiones fiscales o presupuestales. Este vacío es parte de lo que el FMI llama una contabilidad “a medias”.

Lo irónico es que ya existen estándares internacionales (como las normas IPSAS) que permiten registrar todos estos bienes de forma técnica y ordenada. Pero muchos gobiernos aún no lo hacen, atrapados en sistemas contables obsoletos o con miedo a lo que los números reales podrían revelar. Porque claro, cuando uno sabe cuánto vale lo que tiene, tiene que cuidarlo. Y rendir cuentas.

Esto conecta con la teoría del capital natural, que propone que los recursos ambientales deben ser tratados como activos económicos clave. Si no los valoramos, se vuelven invisibles. Y lo que no se ve, no se protege. En pocas palabras: si el bosque no está en el balance, será el primero en quemarse para cerrar cifras de corto plazo.

---

🧠 NO PIERDA DE VISTA ESTOS DATOS

• VALORIZACIÓN: Sin saber cuánto valen los bienes públicos, el Estado no puede decidir bien si invertir, vender o endeudarse. Esto afecta a todos.
• INFRAESTRUCTURA: Carreteras, puentes y hospitales fuera del balance hacen que no haya plata para mantenerlos. Luego nos quejamos del servicio.
• BOSQUES Y AGUA: Al no tener valor contable, los recursos naturales no se priorizan ni protegen en el presupuesto público.
• DEUDA: El país parece más endeudado de lo que realmente está, simplemente porque no se cuentan los activos.
• DECISIONES POBRES: No valorar lo que tenemos lleva a regalarlo, abandonarlo o destruirlo. Así se pierde riqueza pública sin darnos cuenta.