El análisis del Ceplan sobre la vulnerabilidad femenina en el Perú revela que, a pesar de los avances en los últimos años, las mujeres siguen enfrentando profundas desigualdades, particularmente en las áreas rurales y marginales. El subíndice de vulnerabilidad femenina, que en 2023 alcanzó un promedio de 38,1 puntos, refleja las persistentes brechas de género en el acceso a servicios de salud, educación y empleo digno.

Uno de los principales desafíos para las mujeres en el Perú es la alta prevalencia de anemia, que afecta al 22,7% de las mujeres en edad fértil (15 a 49 años). Esta condición no solo tiene implicaciones para la salud de las mujeres, sino también para su capacidad reproductiva y el desarrollo de sus hijos. La anemia se asocia con complicaciones en el embarazo, bajo peso al nacer y problemas de desarrollo infantil, lo que agrava las condiciones de salud y bienestar de la población femenina.

Otro factor crítico es el empleo informal, que afecta al 73,4% de las mujeres trabajadoras en el Perú. La falta de acceso a empleos formales y a los beneficios asociados, como el seguro de salud y pensiones, contribuye a la precariedad económica de muchas mujeres, especialmente en sectores rurales. Además, muchas mujeres reportan dificultades para acceder a servicios de salud debido a la distancia a los centros médicos y las barreras económicas y culturales, lo que aumenta su vulnerabilidad.

La situación de las mujeres jefas de hogar monoparental es aún más grave. Más del 60% de estas mujeres no tienen acceso a un seguro de pensión, lo que las pone en una situación de alta vulnerabilidad económica y social. El informe subraya la necesidad de políticas públicas más inclusivas que promuevan la equidad de género, el acceso a servicios de salud y la formalización laboral para las mujeres, con especial atención a las que viven en zonas rurales o enfrentan situaciones de violencia.

Ceplan alerta sobre las disparidades persistentes que afectan a las mujeres en el Perú y la urgencia de implementar medidas que promuevan su inclusión y empoderamiento. Sin una acción efectiva, estas desigualdades seguirán limitando el desarrollo y el bienestar de las mujeres, lo que a su vez impactará negativamente en el desarrollo social y económico del país.