Por el equipo de Café con Noticias: Jorge Carrillo, Roxana Córdova, Cristina Luna y Abel Santiago
Mariluz Canaquiri, líder de la Federación de Mujeres Indígenas “Huaynakana Kamatahuara Kana”, narra lo que habitualmente hacen los pobladores de la comunidad Shapajilla de la etnia kukama kukamiria para subsistir. Esta es una de las comunidades que hablan lenguas amazónicas que enfrentan desafíos únicos relacionados con su entorno geográfico.
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Los pobladores de Shapajilla se levantan antes de las 5 de la mañana para ir de pesca o adentrarse en el monte para ver si la cosecha ha dado fruto. Es el modo de vida de los 200 pobladores de las 40 familias de la zona.
En estas comunidades la pobreza extrema está influenciada por el aislamiento y la deficiente infraestructura en comparación con la sierra y la costa, revela el estudio del INEI sobre la pobreza monetaria, presentado en mayo pasado. Shapajilla no cuentan con posta médica y no tienen luz, solo un colegio inicial y primaria, a esto se suma que las personas cuya lengua materna es nativa presentan una mayor incidencia de pobreza extrema.
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La situación económica que ya era compleja, se complicó aún más con la llegada del covid-19. Fue durante la pandemia que se entregaron diversos bonos sin condición, para entre otros aspectos, luchar contra la pobreza. Mariluz Canaquiri asegura que esta ayuda económica no les llegó a todos y que quienes lo recibieron fue a destiempo.
En 2023, el 9.1% de las personas que hablan lenguas nativas estaban en situación de pobreza extrema mientras que la pobreza alcanzaba al 34.8%. Las mujeres enfrentan una doble desventaja, tanto por género como por barreras lingüísticas y culturales, exacerbando su vulnerabilidad económica en una especie de pecado original que lleva a condenar con la pobreza a las personas que nacen con una lengua materna que no es el castellano.
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Lamentablemente la situación que se observa en las cifras no es nueva. Ser una niña que nace en lo profundo de la selva peruana parece ser una condena de pobreza que hoy eleva la pena. Las cifras prepandemia (año 2019) revelan que al ser contrastadas con el año 2023, la incidencia de la pobreza aumentó en 9.5 puntos porcentuales en la población con lengua materna castellano y 4.3 puntos porcentuales en la población con lengua materna nativa.
Ciertamente nacer en la selva rural -como si fuera posible elegir tal hecho- tampoco eleva las posibilidades de no ser pobre. Las cifras revelan que en el área rural como urbana, la pobreza incidió mayormente en la población que tiene como lengua materna la nativa, así se observa que 39.7% de personas que viven en el área rural están en pobreza, casi ocho punto porcentuales por encima del 31.2% que se registra entre las personas que viven en el área urbana.